Brian Cashman y Scott Boras negocian mientras los Yankees buscan mantener al joven toletero
Brian Cashman, gerente general de los Yankees de Nueva York, ya tiene la vista puesta en la próxima temporada, especialmente en uno de los mayores objetivos del equipo: retener a la superestrella dominicana Juan Soto. En la reciente Serie Mundial, Cashman fue visto observando a sus jugadores en el Dodger Stadium como un aficionado más.
Sin embargo, el verdadero trabajo comenzó esta semana en las reuniones de gerentes generales en San Antonio, Texas, donde Cashman y el agente de Soto, Scott Boras, discutieron las posibilidades de un contrato a largo plazo.
Con apenas 26 años, Soto es uno de los agentes libres más codiciados de la liga, y el proceso promete ser extenso, según Boras. El interés en Soto se extiende a más de un tercio de la liga, y no faltan pretendientes dispuestos a desembolsar los rumoreados 600 millones de dólares que podrían asegurar al toletero en su alineación. Esta cifra superaría el salario anual de Aaron Judge, haciendo de Soto el jugador mejor pagado del equipo si se llegara a un acuerdo.
Cashman ha expresado públicamente el deseo de los Yankees de mantener a Soto y aseguró que están dispuestos a reunirse cuantas veces sea necesario para lograrlo. A pesar de los desafíos financieros, el gerente general Hal Steinbrenner no descarta opciones para retener al toletero sin comprometer la competitividad del equipo, aunque mantener una nómina de más de 300 millones de dólares a largo plazo podría ser complicado.
Cuando los Yankees adquirieron a Soto de los Padres en diciembre, lo consideraron un “jugador de alquiler”, pero sus actuaciones y su química con el equipo han hecho que Cashman y Boras exploren opciones de extensión. Boras señaló que el toletero se sintió cómodo en Nueva York y disfrutó de la experiencia de jugar para los Yankees, un factor que podría influir en sus decisiones futuras.
La incógnita sigue siendo el contrato de Soto y cómo afectará a los Yankees en términos salariales, pero el mensaje de Cashman es claro: Nueva York está dispuesto a luchar para que el futuro de Juan Soto esté en el Bronx.