Dos ciudadanos de Nueva York habrían sido contratados por un agente iraní para ejecutar el plan, según el Departamento de Justicia
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha anunciado este viernes la presentación de cargos federales contra tres personas, presuntamente implicadas en un plan orquestado por las autoridades iraníes para asesinar al exmandatario y reciente candidato republicano, Donald Trump.
El fiscal general estadounidense, Merrick Garland, afirmó que “Irán representa una de las amenazas más serias para la seguridad nacional de Estados Unidos” y detalló que entre los acusados figuran dos ciudadanos de Nueva York, quienes habrían sido reclutados por un agente iraní para llevar a cabo el asesinato.
Entre los detenidos se encuentran Carlisle Rivera y Jonathon Loadholt, supuestos cómplices del sospechoso principal, Farhad Shakeri, a quien el régimen iraní habría instruido para asesinar a un ciudadano estadounidense de origen iraní en Nueva York, así como a Trump. Shakeri, que sigue prófugo y presuntamente se encuentra en Irán, es señalado como el líder de una red de asociados criminales para ejecutar estas acciones, según informó el Departamento de Justicia en su comunicado oficial.
Los cargos presentados incluyen intento de asesinato por encargo, conspiración para cometer asesinato y blanqueo de capitales, delitos que podrían acarrear penas de hasta 40 años de cárcel para los implicados. A Shakeri, además, se le imputan cargos adicionales por terrorismo y por violación de las leyes de sanciones, lo cual sumaría una pena máxima de hasta 60 años de prisión.
Las autoridades continúan las investigaciones para detener a Shakeri, mientras que Rivera y Loadholt permanecerán bajo custodia en Nueva York a la espera de juicio. Este caso evidencia, según las autoridades, la persistente amenaza de actores externos que buscan desestabilizar la seguridad de Estados Unidos, empleando redes de contactos en suelo norteamericano para ejecutar sus planes.