Líderes del mundo ausentes mientras el planeta arde sin control
BAKÚ – En medio de récords alarmantes de calor y desastres naturales, este lunes 11 de noviembre se inauguró la 29ª Cumbre Climática de las Naciones Unidas en la capital de Azerbaiyán. Pero en lugar de un evento decisivo, lo que comenzó fue una reunión marcada por la ausencia de los líderes mundiales clave, mientras el planeta sigue sufriendo los estragos del cambio climático.
El objetivo de esta COP29 es superar la promesa de 100.000 millones de dólares anuales en financiamiento climático, un compromiso que ya parece obsoleto desde que fue acordado en 2009. Según Simon Stiell, jefe climático de la ONU, “No se trata de caridad, sino de supervivencia”, advirtiendo que el cambio climático no discrimina entre ricos y pobres. “Si no actuamos ya, hasta las naciones más poderosas enfrentarán un desastre sin precedentes”.
Clima en crisis: financiación o fracaso global
Mientras tanto, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) emitió una “alerta roja” sobre el estado del clima en 2024. Los últimos nueve años han sido los más calurosos jamás registrados, con una acelerada pérdida de hielo glacial, niveles de mar en aumento y océanos cada vez más cálidos.
Solo en los primeros nueve meses de este año, la temperatura media global ha superado en 1,54 grados los niveles preindustriales, un desastre exacerbado por el fenómeno de El Niño, que ha desatado patrones climáticos impredecibles en todo el mundo.
Los gigantes ausentes y la incertidumbre de Bakú
A pesar de la gravedad de la situación, la cumbre ha sufrido un golpe significativo con la ausencia de líderes influyentes. Joe Biden, Vladimir Putin, Xi Jinping, Emmanuel Macron y otros pesos pesados del escenario internacional no asistirán, una señal preocupante de la falta de compromiso global.
Esta ausencia ha provocado una ola de críticas por parte de los países más vulnerables, con el primer ministro de Papúa Nueva Guinea, James Marape, calificando la cumbre como “una total pérdida de tiempo” ante la falta de acción concreta.
Nuevo fondo de pérdidas y daños: Un parche a medias
Uno de los puntos críticos en la agenda es la activación del Fondo de Pérdidas y Daños acordado en la COP28, diseñado para compensar a los países en desarrollo que sufren los peores efectos del cambio climático. Sin embargo, las promesas siguen siendo promesas, y la financiación real aún está por materializarse.
El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que la “catástrofe climática está sacudiendo los pilares de la paz mundial” y que los países desarrollados tienen una deuda pendiente con el Sur Global. “La inacción de los líderes mundiales está empujando al planeta al borde del abismo”, subrayó.
¿Bakú será otro evento vacío?
Con la asistencia reducida a menos de 40.000 participantes, la COP29 en Bakú ya se perfila como una versión disminuida de lo que debería ser una reunión trascendental. La cumbre de Dubái del año pasado reunió a casi 84.000 personas, pero este año, la apatía política y el desinterés generalizado están poniendo en peligro cualquier avance significativo.
Si los líderes mundiales siguen ignorando los llamados a financiación real y medidas concretas, los próximos años no solo verán más calor, más tormentas y más destrucción, sino que podrían marcar el inicio del colapso de la civilización tal como la conocemos.
La pregunta que queda en el aire es clara: ¿Cuánto tiempo más podremos ignorar la emergencia antes de que sea demasiado tarde?
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