Estados Unidos permite a Ucrania emplear el sistema ATACMS para atacar territorio ruso en respuesta a la presencia de tropas norcoreanas.
Washington, 17 de noviembre de 2024. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dado luz verde a Ucrania para utilizar armamento estadounidense de largo alcance contra Rusia, específicamente el Sistema Táctico de Misiles del Ejército (ATACMS), según han confirmado varios medios estadounidenses, incluidos The Washington Post y The New York Times. La medida se toma en respuesta al creciente apoyo de Corea del Norte a Rusia en el conflicto, con miles de soldados norcoreanos reforzando la ofensiva rusa en el este de Ucrania.
Este cambio en la política estadounidense permite que Ucrania realice ataques limitados dentro del territorio ruso, específicamente en la región de Kursk, donde las fuerzas ucranianas ya controlan parte del territorio ruso y donde los soldados norcoreanos han estado desplegados desde octubre.
El objetivo principal de estos ataques es enviar un mensaje disuasorio a Corea del Norte, haciéndole ver que su participación en el conflicto con Rusia podría resultar en un “costoso” error, según fuentes cercanas a la administración.
El ATACMS es un sistema de misiles guiados de largo alcance que puede portar ojivas de bombas convencionales o de racimo, con un alcance de hasta 305 kilómetros. Hasta ahora, su uso en territorio ruso había sido restringido por temor a una escalada del conflicto, pero la situación actual ha llevado a Estados Unidos a reconsiderar esa postura.
El cambio en la estrategia estadounidense también podría tener implicaciones políticas, ya que se produce a menos de dos meses de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, que podrían llevar a Donald Trump de vuelta a la Casa Blanca. Trump ha prometido poner fin a la guerra en Ucrania, lo que podría cambiar la dinámica de la política exterior estadounidense respecto al conflicto.
De acuerdo con las fuentes, la autorización de Biden busca tener un impacto limitado en el campo de batalla para evitar una escalada excesiva, aunque se considera una medida clave para reforzar la posición de Ucrania antes de posibles negociaciones con Rusia una vez Trump asuma nuevamente el cargo. Esta decisión marca un giro en la intervención estadounidense en el conflicto, con implicaciones tanto en el plano militar como en el diplomático.