Borrell confirma ataques a 300 kilómetros; Zajarova: será una participación directa de Washington.
El Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell, ha confirmado un giro estratégico en la política de armamento estadounidense hacia Ucrania. En rueda de prensa tras la reunión de ministros de Exteriores de la UE, Borrell anunció que la administración Biden ha autorizado el uso de sistemas ATACMS por parte de Ucrania, permitiendo ataques hasta 300 kilómetros dentro de territorio ruso. De inmediato Moscú responde y advierte de que el uso de misiles ATACMS de EEUU contra Rusia tendrá una "respuesta tangible"
Esta decisión marca un cambio en la postura de Washington, que hasta ahora había mantenido una política más restrictiva.“Es menos que nada. No me parece una distancia espectacularmente profunda”, comentó Borrell, convirtiéndose en el primer líder europeo en confirmar públicamente la medida.
A pesar de la autorización, el diplomático español subrayó que no habrá consenso en la UE sobre el uso de estos misiles, dejando la decisión en manos de cada Estado miembro.
La decisión de Biden reabre debate en europa occidental
El movimiento de EE.UU. pone presión sobre otros aliados, particularmente Francia y Alemania, quienes también proveen armamento a Kiev.
El ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot, señaló que el presidente Macron podría considerar opciones similares, mientras que Alemania, bajo el liderazgo de Olaf Scholz, se mantiene firme en su negativa a suministrar misiles de largo alcance Taurus.
Sin embargo, tensiones internas en la coalición alemana podrían forzar un cambio de postura, especialmente con los Verdes abogando por un mayor apoyo militar a Ucrania.
Rusia amenaza con represalias tras la decisión estadounidense
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Maria Zajarova, lanzó una advertencia directa este lunes: si Ucrania utiliza misiles ATACMS suministrados por Estados Unidos para atacar territorio ruso, Moscú tomará represalias "adecuadas y tangibles".
Zajarova dejó claro que este movimiento sería considerado como una participación directa de Washington y sus aliados en la guerra.
"El uso de misiles de largo alcance por parte de Kiev significaría un cambio radical en la naturaleza del conflicto. No dudaremos en responder con contundencia", sentenció Zajarova en un comunicado oficial, enfatizando que las acciones de EE.UU. no pasarán desapercibidas.
Ucrania y Occidente apuestan por una escalada peligrosa
Zajarova criticó duramente a Occidente, señalando que, tras las recientes derrotas de las fuerzas ucranianas, sus patrocinadores occidentales están optando por escalar al máximo la guerra híbrida contra Rusia.
"El objetivo ilusorio de 'infligir una derrota estratégica a Moscú' está llevando a sus aliados a decisiones cada vez más desesperadas. No hay un arma milagrosa que pueda cambiar el rumbo de nuestra operación especial", añadió, en referencia a las armas suministradas a Kiev.
La portavoz destacó que, según el presidente Vladimir Putin, Ucrania carece de la capacidad técnica para realizar ataques de este tipo sin el apoyo directo de la OTAN, lo que incluiría el uso de satélites y asistencia en las trayectorias de los misiles.
Nuevas provocaciones alimentan el fuego del conflicto global
“Estamos al borde de un conflicto directo entre potencias nucleares", advirtió Zajarova, recordando que cualquier uso de misiles ATACMS será visto como una provocación directa que podría desencadenar una respuesta devastadora de Moscú.
Kiev y su apuesta por la máxima escalada militar
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, evitó confirmar directamente la autorización de ataques en territorio ruso, pero dejó entrever que "los misiles hablarán por sí mismos". Esto sugiere una escalada inminente en la ofensiva ucraniana, especialmente tras las recientes derrotas en el campo de batalla.
Con el ATACMS, Ucrania adquiere la capacidad de golpear objetivos estratégicos dentro de Rusia, incluyendo infraestructuras militares críticas y centros de mando. Este sistema supersónico puede portar ojivas de bombas de racimo o convencionales con un alcance de hasta 305 kilómetros, lo que cambia las reglas del juego en el conflicto.
La guerra híbrida se intensifica mientras occidente se divide
El respaldo de Estados Unidos a Kiev llega en un momento en que los aliados occidentales enfrentan crecientes divisiones sobre el suministro de armamento de largo alcance. El temor a una represalia rusa ha frenado a varios países europeos, pero la decisión de Washington podría servir como catalizador para una nueva fase en la guerra híbrida que Occidente libra contra Moscú.
El conflicto se endurece, y con él, la posibilidad de una escalada que podría arrastrar a más actores internacionales. Mientras tanto, la diplomacia parece estar en punto muerto, y las palabras de Borrell reflejan una realidad inminente: Europa y el mundo podrían estar al borde de un nuevo frente militar de proporciones aún desconocidas. Con datos de Europa Press.