Promesas de Trump y misiles de largo alcance estremecen el tablero global
El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, previsto para enero, ha provocado una ola de movimientos diplomáticos y militares entre los principales aliados de Ucrania. Washington, que había mostrado reticencias durante meses, ahora parece dispuesto a autorizar el uso de misiles ATACMS para atacar territorio ruso, cambiando las reglas del juego en el conflicto.
Trump no perdió tiempo en reiterar su promesa de "acabar con las guerras" tan pronto como fue declarado vencedor de las elecciones del 5 de noviembre. El exmandatario ha señalado que si él hubiera estado en el poder, ni el conflicto en Oriente Próximo ni la invasión rusa de Ucrania, iniciada en febrero de 2022, habrían escalado a su estado actual.
Pese a la postura inflexible de Volodimir Zelenski de no negociar con Moscú sin concesiones, Trump y Putin han insinuado la posibilidad de un contacto directo. Esta opción ha generado tensiones entre los aliados de Kiev, quienes temen un cambio drástico en la política exterior de Estados Unidos.
Zelenski rechaza diálogos, mientras europa explora contactos con putin
La reciente llamada entre el canciller alemán, Olaf Scholz, y Vladimir Putin ha encendido las alarmas en Kiev. Zelenski criticó abiertamente este primer contacto en casi dos años, temiendo que otros líderes puedan seguir su ejemplo. Según el mandatario ucraniano, esto abriría "la caja de Pandora" y concedería a Moscú exactamente lo que ha buscado durante largo tiempo: dividir a sus aliados.
Alemania sigue en una posición ambigua. Scholz, aunque ha mantenido el apoyo a Ucrania, se ha negado a suministrar misiles Taurus de largo alcance, argumentando que esto podría desencadenar una escalada incontrolable del conflicto. Esta misma reticencia caracterizó a la administración de Joe Biden, que hasta hace poco se había negado a permitir que sus misiles ATACMS fueran utilizados contra objetivos en Rusia.
Ucrania y Rusia dominan las conversaciones entre líderes del G-20 en Brasil
A pesar de que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha evitado incluir oficialmente la crisis ucraniana en la agenda del G-20, el conflicto será un tema inevitable en los márgenes de la cumbre en Río de Janeiro. Este evento marca la última aparición internacional de Joe Biden antes de dejar la Casa Blanca.
Los esfuerzos diplomáticos recientes también reflejan la presencia de tropas norcoreanas en el frente ruso, un movimiento que ha generado preocupación entre los aliados occidentales. Según fuentes diplomáticas, se estaría preparando un último empuje militar para fortalecer la posición de Zelenski antes de que Trump impulse un proceso de negociación desde su renovado Despacho Oval.
La paz sigue distante: Macron y Erdogan mantienen enfoques divergentes
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, desde Buenos Aires, ha advertido que Putin no tiene interés en la paz, mientras que Recep Tayyip Erdogan, de Turquía, busca reactivar su papel mediador con un nuevo plan para un alto el fuego. Según informes, este plan turco podría incluir el despliegue de tropas internacionales y una pausa en las aspiraciones de Ucrania de unirse a la OTAN.
Mientras tanto, Zelenski permanece firme en su decisión de no renunciar ni a la integración euroatlántica ni a la recuperación de territorios ocupados por Rusia, incluyendo Crimea y el Donbás. En su reciente llamada con Scholz, Putin dejó claro que cualquier acuerdo futuro debe considerar las "nuevas realidades territoriales" y las preocupaciones de seguridad rusas.
El tablero geopolítico está al borde de un cambio sísmico, con Trump listo para reconfigurar las alianzas y las estrategias militares en su próximo mandato. El mundo se prepara para una nueva era de incertidumbre y posibles negociaciones forzadas en un escenario global ya de por sí volátil. Con datos de Europa Press.