La investigación sostiene que la trama fue urdida en casa del exministro de Defensa Walter Braga Netto
La Policía Federal de Brasil ha detenido a cuatro militares y un agente que planeaban atentar contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y otras altas autoridades después de las elecciones de octubre de 2022 para evitar así que tomara posesión, en el marco de la investigación sobre los ataques del 8 de enero.
El plan procuraba, además, de asesinar Lula da Silva otras figuras clave del gobierno, como el vicepresidente Geraldo Alckmin y el juez del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes. Este complot, denominado ’Puñal Verde y Amarillo', no solo buscaba impedir que Lula asumiera el poder, sino también eliminar a quienes se oponían al proyecto golpista.
¿Veneno, explosivos o ejecución directa? la brutalidad del plan
La investigación de la Policía ha revelado detalles perturbadores sobre los métodos que los conspiradores consideraron para asesinar a Lula. Ante su fragilidad de salud, el plan inicial contemplaba el uso de veneno o productos químicos para inducir un colapso orgánico.
No obstante, las opciones se diversificaron y contemplaron ataques más violentos, como un atentado con explosivos contra el juez De Moraes, a quien seguían de cerca.
Golpistas dispuestos a todo: un plan sin escrúpulos
El general en la reserva Mario Fernandes, junto con tres militares de élite y un agente de la Policía Federal, son los principales responsables de esta escalofriante conspiración. Los detenidos no dudaron en afirmar que estaban dispuestos a sacrificar sus vidas para lograr el golpe.
En los mensajes interceptados por la Policía, se confirmaron sus intenciones de matar a miembros de la seguridad de los objetivos e incluso perder su propia vida si eso significaba frenar el proceso democrático.
Golpistas y cómplices: conexión con el régimen de Bolsonaro
Los militares detenidos, algunos de los cuales trabajaban en tareas de seguridad del G20, estaban vinculados al círculo más cercano de Jair Bolsonaro.
La Operación Contragolpe reveló que el encuentro clave para orquestar este complot tuvo lugar en la residencia del exministro de Defensa Walter Braga Netto, aliado de Bolsonaro.
El general Mauro Cid, detenido por su implicación en la falsificación de carnés de vacunación de la COVID-19, jugó un rol crucial en la trama.
Los mensajes encontrados en el teléfono de Cid, mostraron cómo se coordinaban estos intentos de golpe de Estado, todo mientras las instituciones brasileñas eran asaltadas el 8 de enero de 2023.
Operación de desmantelamiento
A través de la Operación Contragolpe, la Policía Federal de Brasil logró desmantelar esta peligrosa red de conspiradores y demostrar el grado de radicalización que sigue infiltrando las fuerzas armadas.
La detención de estos altos oficiales y un miembro de la Policía Federal subraya la amenaza que representa la violencia del extremismo militarista y cómo, al más alto nivel, se intentó vulnerar la democracia de Brasil.
La lucha continúa: más pruebas, más complicidades
Las detenciones fueron posibles gracias a los mensajes interceptados, que confirmaron la relación entre los conspiradores y Bolsonaro.
Esta operación no solo revela un intento de golpe de Estado, sino también cómo el extremismo sigue filtrándose dentro de las instituciones encargadas de proteger la seguridad del país. Con datos de Europa Press.