Verónica Abad se propone ese objetivo pese a estar suspendida
MADRID 20 Nov. (EUROPA PRESS) -La vicepresidenta suspendida de Ecuador, Verónica Abad, ha regresado este miércoles a Ecuador en vísperas de que el presidente Daniel Noboa conceda el mando de manera temporal a quien sería ahora la 'número dos', Sariha Moya. "Mi llegada al país es para pedirle una vez más que recapacite", ha dicho desde el aeropuerto de Quito.
Abad ha regresado a Ecuador desde Ankara, Turquía, a donde se desplazó desde Tel Aviv, tras al aumento del conflicto en Oriente Próximo. A la ciudad israelí fue destinada por orden de Noboa poco después de acceder al cargo, evidenciando la mala relación que mantenían ya incluso durante la campaña de aquellas presidenciales.
El Gobierno ecuatoriano decidió suspenderla de empleo y sueldo durante cinco meses por presunto abandono de funciones al considerar que no se había trasladado desde Tel Aviv a la capital turca en el plazo acordado.
Ahora, con su llegada este miércoles a Ecuador, es "momento para pedirle una vez más al presidente que recapacite", ha dicho Abad. "Con el país no se juega", ha dicho, advirtiendo de que este "atentado" contra la independencia de los poderes puede llevar al país "a un abismo constitucional", informa el diario 'El Universo'.
Abad ha insistido en que está siendo víctima de una "persecución" política y un "atropello" y que ya ha dejado en manos de sus abogados las acciones oportunas para evitar que avance esta suspensión. Mientras tanto, ella confía en poder desde este jueves cumplir con su agenda oficial y ha adelantado que dará una rueda de prensa.
"Llego al país no con el permiso de un presidente o un Estado que me abandonó el momento en el que fue la suspensión. Llego con mis recursos y con mi propia agenda, ahora sí, para poder resolver los problemas de los ecuatorianos", ha enfatizado.
Por su parte, el Gobierno ya adelantó este martes que será, tal y como estaba previsto, la vicepresidenta designada, Sariha Moya, quien asuma temporalmente las funciones presidenciales mientras dura la campaña electoral, precisamente el mismo tiempo que Abad ha de estar inhabilitada.