Análisis revela marcadas diferencias de género y laborales sorprendentes
Santo Domingo.- La migración de dominicanos a Chile se ha convertido en un fenómeno demográfico y laboral único en América Latina. Según el último boletín del Instituto Nacional de Migración (INM RD), existe una desproporción significativa en la composición de género y condiciones laborales de esta comunidad, desafiando las tendencias migratorias globales.
A diferencia de la paridad de género habitual en los flujos migratorios de la región, el caso dominicano en Chile muestra un índice de paridad de género del 190.7 % a favor de las mujeres, según datos de la Encuesta CASEN 2022. Esto contrasta con estadísticas globales y con el comportamiento migratorio de otras nacionalidades en Chile.
Mientras que la migración hacia otros países latinoamericanos tiende a ser equilibrada entre hombres y mujeres, en el caso de los dominicanos, el predominio masculino en el flujo migratorio hacia Chile resulta especialmente relevante, desafiando la tendencia habitual y reflejando un patrón de dinámicas laborales y sociales particulares para esta comunidad.
Dominicanos enfrentan pobreza y desigualdad laboral en Chile
El boletín revela que la tasa de pobreza entre hogares dominicanos alcanza un 12.8 %, casi el doble de la población chilena, que registra un 6.5 %. A pesar de ello, el 69.8 % de los dominicanos están ocupados, superando a los chilenos, quienes apenas alcanzan un 55.1 % de empleo formal.
Este desajuste entre pobreza y empleo resalta una realidad contradictoria: los migrantes dominicanos, aunque ocupados, se enfrentan a una mayor vulnerabilidad económica en comparación con otros sectores.
Vemos entonces que la falta de acceso a mejores condiciones laborales limita su capacidad de ascender social y económicamente dentro de la sociedad chilena.
Trabajos formales: dominicanos destacan en adaptabilidad y cumplimiento
Entre los dominicanos ocupados, el 82.8 % cuenta con contratos formales, lo que evidencia una significativa capacidad de adaptación a las normativas laborales chilenas. Sin embargo, el ingreso promedio de los dominicanos sigue siendo inferior al de otras nacionalidades migrantes, a excepción de los haitianos.
Esto sugiere que, aunque los dominicanos han logrado acceder a una inserción formal en el mercado laboral, siguen enfrentando desigualdades salariales.
La diferencia de ingresos es particularmente notable en comparación con otros migrantes latinoamericanos, quienes tienen la ventaja de acceder a empleos con mejores remuneraciones en el mismo sector productivo.
Migración intrarregional: transformaciones y desafíos para países receptores
El análisis de Guillermo Mota destaca el auge de la migración intrarregional en América Latina, que pasó del 24 % en 1970 al 73 % en 2020, impulsada por factores económicos y sociales. Países como Chile, que históricamente no eran destinos migratorios significativos, han emergido como focos clave para la movilidad regional.
Este cambio de rumbo en la migración ha sido impulsado principalmente por la búsqueda de mejores oportunidades económicas, lo que ha hecho que países como Chile reciban un mayor número de migrantes, modificando significativamente las dinámicas demográficas y laborales en esas naciones.
Además, la creciente migración desde Haití y Venezuela ha sumado una nueva capa de complejidad a esta región, creando no solo retos para los gobiernos receptores, sino también desafíos en cuanto a la integración social y cultural de los migrantes.
Migrantes dominicanos en chile: resiliencia y esperanza frente a la adversidad
A pesar de los desafíos económicos y sociales, los dominicanos en Chile demuestran una notable resiliencia. Su capacidad de integrarse en el mercado laboral formal y adaptarse a las normas locales refleja un esfuerzo colectivo por mejorar su calidad de vida, aunque persistan retos significativos en términos de ingresos y pobreza.
En particular, la adaptación de los quisqueyanos a las leyes migratorias de Chile les ha permitido superar la falta de apoyo institucional que muchas veces enfrentan los migrantes en otros destinos.
Aunque la vida fuera de la República Dominicana puede ser dura, para muchos dominicanos en Chile, se ha convertido en una oportunidad para reinventarse y mejorar sus condiciones de vida, rompiendo las barreras que a menudo afectan a los migrantes de otras nacionalidades.
Sin embargo, a pesar de este esfuerzo, los dominicanos deben enfrentarse a la realidad de una escasa movilidad social en su nuevo entorno, y la desigualdad de género y laboral sigue siendo una constante que marca la diferencia frente a los demás migrantes.
El fenómeno migratorio dominicano en Chile no solo es un reflejo de las dinámicas intrarregionales, sino también un ejemplo de cómo las comunidades buscan superar barreras para construir un futuro mejor.
¿Es suficiente el esfuerzo individual frente a las complejidades del sistema? La respuesta dependerá tanto de políticas públicas inclusivas como del espíritu de adaptación de los propios migrantes.
La situación de los dominicanos en Chile subraya la urgencia de políticas de integración que puedan asegurar que su participación en la economía chilena no solo sea activa, sino también equitativa.
Lo que queda es actualizar la investigación para ver como están las estadísticas sobre esa realidad después de la pandemia del Covid