Riesgos inminentes de operación: una crisis estructural global
La Estación Espacial Internacional (ISS) enfrenta una crisis operativa sin precedentes, según un informe reciente de la NASA. Grietas, fugas y una cadena de suministro debilitada ponen en jaque su funcionamiento hasta 2030, año en el que se planea su retiro.
El módulo ruso Zvezda, uno de los pilares estructurales de la ISS, presenta grietas que han elevado las tasas de fugas de aire a niveles históricos,recoge Europa Press.
Aunque la NASA y Roscosmos trabajan en su mitigación, la raíz del problema sigue sin resolverse, convirtiéndolo en un riesgo latente para la tripulación y las operaciones.
Desafíos logísticos: piezas y lanzamientos en riesgo constante
Además de los problemas estructurales, la ISS enfrenta un suministro crítico de piezas. Con el cese de producción por parte de proveedores clave, reparaciones futuras y actualizaciones vitales están comprometidas.
Por otra parte, la dependencia de un único proveedor para transporte de tripulación y carga aumenta la vulnerabilidad de la estación. Un fallo en el vehículo actual, Crew Dragon de SpaceX, dejaría a Estados Unidos sin capacidad operativa independiente, obligando nuevamente a depender de Rusia para mantener la ISS en funcionamiento.
Micrometeoroides y basura espacial: amenazas invisibles y letales
La órbita baja terrestre, saturada de desechos espaciales, es un campo minado para la ISS. Micrometeoroides y fragmentos orbitales ponen en peligro constante la estructura, tripulación y vehículos visitantes.
Aunque la NASA instaló escudos protectores en el segmento estadounidense, su capacidad está limitada a objetos menores de 3 cm. Los mayores, rastreados por la Red de Vigilancia Espacial, representan una amenaza ineludible, ya que los altos costos impiden mejoras significativas en la protección externa.
Evacuación y desorbitación: planes inciertos, riesgos altísimos
En caso de emergencia, los vehículos de la ISS (Soyuz, Crew Dragon y Starliner) permiten la evacuación de la tripulación. Sin embargo, falta capacidad de respuesta inmediata si estos sufren daños irreparables, dejando a los astronautas en una situación de extremo peligro.
El panorama es aún más sombrío respecto a la desorbitación. Aunque la NASA adjudicó a SpaceX el desarrollo de un vehículo para este fin, los retrasos y el compromiso incierto de Rusia complican la ejecución de un retiro controlado en 2031. Sin su cooperación, una desorbitación segura es un escenario incierto.
Futuro de la órbita baja: urgencia por alternativas viables
La ISS, símbolo de la colaboración internacional, enfrenta una amenaza de colapso estructural y político. Mientras Rusia mantiene su posición ambigua y la NASA lucha contra restricciones presupuestarias, la seguridad y sostenibilidad de la estación están en juego.El informe deja claro que la ISS está en una carrera contra el tiempo. Cada día sin soluciones concretas acerca el punto de no retorno, poniendo en jaque una de las mayores conquistas tecnológicas de la humanidad