Expresión de identidad nacional y resistencia cultural dominicana
Santo Domingo.-Hoy, la República Dominicana celebra con orgullo el Día Nacional del Merengue, un género musical que desde 1855 ha sido símbolo de identidad y resistencia. Nacido en los ambientes rurales, este ritmo contagioso se convirtió en un emblema cultural que resiste al tiempo y sigue manteniendo su esencia inquebrantable.
En 2005, un decreto presidencial oficializó el 26 de noviembre como su día conmemorativo, recordando que 151 años atrás el término "merengue" apareció por primera vez en publicaciones de la época.
Años después, en 2016, la Unesco lo elevó al rango de Obra Maestra del Patrimonio Cultural, Oral e Inmaterial de la Humanidad, un reconocimiento que reafirma su valor universal.
Influencias extranjeras moldearon pero no apagaron su espíritu
Aunque la historia dominicana está marcada por invasiones extranjeras y conflictos (como la intervención estadounidense de 1965), el merengue se consolidó como un símbolo de identidad criolla. Este género mezcla sonidos de instrumentos africanos, europeos y latinoamericanos, reflejando una riqueza cultural única.
Sin embargo, su camino no fue fácil. Las élites dominicanas rechazaron inicialmente el merengue por considerarlo “vulgar” y “provocador”, pero el pueblo abrazó su cadencia inigualable, impulsándolo como un símbolo de resistencia frente a las imposiciones sociales.
Transformación y legado de un ritmo irrepetible
El acordeón, introducido por inmigrantes europeos en el Cibao, revolucionó el merengue y lo dotó de un sonido distintivo. Su coreografía sensual, donde la pareja baila sin separarse, sigue siendo un sello inconfundible. Cada movimiento, desde las caderas hasta las rodillas, cuenta la historia de un pueblo que nunca perdió su ritmo.
Artistas como Johnny Ventura, Juan Luis Guerra, Wilfrido Vargas y los Hermanos Rosario, entre otros elevaron este género a escenarios internacionales. Incluso figuras como Olga Tañón y Marc Anthony han rendido homenaje al merengue, incorporándolo en sus éxitos globales.
El merengue no es solo música; es resistencia, identidad y orgullo dominicano. Su ritmo late al compás del corazón de una nación que celebra su legado como un tesoro cultural invaluable. Con datos de Prensa Latina.