Pandillas controlan el 80% de Puerto Príncipe, desplazando miles
Puerto Príncipe, Haití. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha iniciado la evacuación de su personal no esencial de Haití ante el alarmante incremento de la violencia de pandillas, que controlan más del 80 % de la capital, Puerto Príncipe. La medida, que incluye el traslado de altos cargos y asesores de seguridad hacia Panamá, refleja la gravedad de una crisis que ha provocado el desplazamiento masivo de miles de personas.
La coordinadora humanitaria de la ONU en Haití, Ulrika Richardson, confirmó que los primeros vuelos ya han salido del país, mientras las operaciones esenciales continúan en un ambiente marcado por el caos y la inseguridad.
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A pesar de los riesgos, Richardson destacó que “nuestras operaciones han continuado desde el inicio de la escalada”, señalando la entrega de alimentos y asistencia médica a las comunidades más vulnerables.
Una crisis fuera de control
La situación en Haití se deterioró notablemente tras una ola de violencia que comenzó el 11 de noviembre, dejando al menos 150 muertos en una sola semana. Este episodio eleva la cifra total de víctimas en 2024 a 4.544 fallecidos y 2.060 heridos, según cifras oficiales, aunque se teme que el número real sea mayor. Además, unas 20.000 personas han sido desplazadas de sus hogares en las últimas semanas, profundizando la crisis humanitaria.
Organizaciones internacionales advierten que Puerto Príncipe y otras zonas de Haití se han convertido en terrenos prácticamente ingobernables, donde las pandillas imponen su ley y el Estado se ve incapaz de recuperar el control.
Desafíos en un vacío de poder
La inestabilidad política también agrava el panorama. Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, Haití no cuenta con un líder electo. El actual primer ministro, Ariel Henry, asumió el cargo en medio de críticas, pero su gestión ha sido incapaz de frenar la escalada de violencia. Aunque presentó su renuncia en marzo de este año, sigue ejerciendo de facto, mientras un Consejo Presidencial de Transición intenta allanar el camino hacia elecciones libres, las primeras en una década.
Sin embargo, la pacificación del país y la organización de un Consejo Electoral Provisional siguen siendo metas lejanas. Las promesas de estabilización chocan con una realidad marcada por la precariedad institucional y la falta de recursos para hacer frente a la magnitud de los problemas.
Compromiso humanitario pese al peligro
A pesar de la decisión de evacuar parte de su personal, la ONU asegura que su compromiso con la población haitiana sigue firme. Ulrika Richardson destacó que miles de familias han recibido ayuda alimentaria, atención médica y apoyo psicosocial en las últimas semanas. “Hemos adaptado nuestras estrategias para seguir operando en estas condiciones extremas”, afirmó.
No obstante, las organizaciones humanitarias enfrentan crecientes dificultades para acceder a ciertas zonas controladas por pandillas. Las amenazas a la seguridad del personal y los ataques a convoyes humanitarios se han intensificado, complicando aún más la labor de socorro en un país que depende en gran medida de la ayuda internacional.
Un panorama desolador
Haití se encuentra atrapado en un círculo vicioso de violencia, pobreza y vacío político que lo coloca entre los países más afectados por crisis humanitarias a nivel mundial. Sin una solución a corto plazo, la situación en Puerto Príncipe y otras zonas del país representa un desafío de proporciones históricas para la comunidad internacional.
El éxodo masivo, la parálisis estatal y el creciente poder de las pandillas perfilan un futuro incierto para una nación que enfrenta el abismo. Mientras tanto, el pueblo haitiano continúa soportando una crisis que parece no tener fin, con la esperanza de que las promesas de cambio no se conviertan, una vez más, en palabras vacías.