Trump desvincula a Estados Unidos: “No es nuestra lucha”
MADRID.- La crisis en Siria ha tomado un giro crítico con el avance de las fuerzas rebeldes y yihadistas hacia Damasco. Esta ofensiva, iniciada hace diez días, ha transformado el panorama político y militar del país, desencadenando pronunciamientos clave de líderes mundiales como Recep Tayyip Erdogan y Donald Trump.
En un discurso en Gaziantep, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan afirmó que Siria enfrenta “una nueva realidad política y diplomática”. Erdogan expresó su apoyo al avance rebelde mientras reiteraba su rechazo a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza kurdo-árabe a la que Ankara considera una amenaza directa. “Siria pertenece a los sirios junto con toda su diversidad étnica, sectaria y religiosa”, declaró.
El mandatario turco subrayó que el futuro del país debe ser decidido exclusivamente por el pueblo sirio, al tiempo que defendió la necesidad de proteger la seguridad nacional de Turquía. “Espero que Siria alcance la paz en un futuro muy cercano”, añadió Erdogan, en un momento en el que las tensiones en la región continúan escalando.
Turquía: un actor clave en el conflicto sirio
Turquía ha jugado un papel central en el conflicto sirio, particularmente por su campaña contra las fuerzas kurdas en el noreste del país. Desde el colapso del proceso de paz de Astaná en 2017, donde Turquía actuó como mediador junto a Rusia e Irán, Erdogan ha lamentado la falta de cooperación del gobierno de Bashar al Assad. “El régimen nunca entendió el valor de la mano que le tendimos”, expresó.
En este contexto, el Ejército Nacional Sirio, respaldado por Turquía, ha intensificado sus enfrentamientos con las FDS, profundizando la complejidad de la guerra. Mientras tanto, Erdogan calificó a Siria como un país “saturado de guerra, sangre y lágrimas”, en una declaración que refleja las devastadoras consecuencias de más de una década de conflicto.
Trump desvincula a Estados Unidos de la crisis
En contraste con la postura activa de Turquía, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha optado por desvincular a su país de la situación en Siria. A través de un comunicado en su red social Truth Social, Trump afirmó que Estados Unidos “no debería tener nada que ver” con la actual ofensiva rebelde.
Trump atribuyó la responsabilidad de la crisis al expresidente Barack Obama, señalando su incapacidad para manejar adecuadamente el conflicto. “Obama dejó que Rusia tomara las riendas, y ahora ellos están atrapados en Ucrania y no pueden frenar esto en Siria”, declaró.
El líder republicano también calificó a Siria como “un desastre” y restó importancia a los intereses estratégicos de Rusia en el país. “Quizás lo mejor que puede pasarle a Rusia es perder Siria; nunca les ha beneficiado realmente”, concluyó.
Impacto geopolítico de la crisis
El avance de las fuerzas rebeldes y yihadistas hacia Damasco marca un punto de inflexión en el conflicto. Con la capital siria como objetivo inmediato, la comunidad internacional observa con atención cómo esta nueva etapa podría redefinir el equilibrio de poder en la región.
La posición de Turquía, que busca garantizar su seguridad mientras apoya a los rebeldes, contrasta con la postura de Estados Unidos bajo el liderazgo de Trump, quien ha dejado claro su desinterés en involucrarse en el conflicto.
En medio de este complejo escenario, el futuro de Siria sigue siendo incierto. Con una población devastada por años de guerra, el país enfrenta enormes desafíos para alcanzar la paz y la estabilidad que Erdogan, al menos en discurso, espera que se materialicen en el corto plazo.
Papel de Turquia
La nueva dinámica en Siria, marcada por la ofensiva rebelde y el posicionamiento de actores clave como Turquía y Estados Unidos, subraya la fragilidad del conflicto y su impacto geopolítico. Mientras Erdogan reafirma el papel de Turquía como protagonista regional, Trump se desvincula de cualquier responsabilidad, dejando la resolución del conflicto en manos de las fuerzas locales y otros actores internacionales.
Esta “nueva realidad”, como la define Erdogan, presenta retos y oportunidades en igual medida, pero su desenlace dependerá de la capacidad de las partes involucradas para encontrar una solución que priorice la paz y la reconstrucción de una nación devastada.