La nueva cara de la pobreza en la región: disminuye en cifras, pero con desafíos crecientes
En las últimas dos décadas, América Latina y el Caribe han logrado avances significativos en la reducción de la pobreza. En 2022, la tasa de pobreza general alcanzó su punto más bajo, con un 26 %, y se prevén ligeras mejoras para 2023 y 2024.
Sin embargo, aún 172 millones de personas no cuentan con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas, y 66 millones viven en pobreza extrema, según el Pnud y la Cepal.
Aunque la pobreza es mayor en zonas rurales (39,1 % frente a 24,6 % en áreas urbanas), la vulnerabilidad urbana ha crecido rápidamente. Hoy, 73 % de las personas pobres de la región viven en ciudades, un aumento del 7 % desde el año 2000.
El rostro urbano de la pobreza: más frágil y vulnerable
La urbanización, que abarca al 82 % de la población latinoamericana, ha transformado las dinámicas de la pobreza. Las áreas urbanas, más expuestas a las fluctuaciones económicas y los altos costos de vida, generan nuevas vulnerabilidades.
El aumento del costo de alimentos y vivienda, junto con la informalidad laboral, empuja a muchas familias a la pobreza o empeora las condiciones de quienes ya son pobres.
Además, los hogares urbanos, concentrados en asentamientos informales, enfrentan hacinamiento, servicios públicos deficientes y un acceso limitado a oportunidades económicas.
"Los choques económicos, como la pandemia o la crisis de 2014, han revelado lo frágiles que son las familias urbanas", subraya Almudena Fernández, economista jefe del Pnud.
La pobreza rural: resiliencia limitada pero mejores opciones alimentarias
En contraste, las áreas rurales ofrecen cierta resiliencia gracias a medios de vida como la agricultura de subsistencia. Sin embargo, enfrentan desafíos como el acceso limitado a salud, transporte y educación.
Roberto Patiño, activista en Venezuela, destaca que mientras los costos de los alimentos suelen ser más bajos en el campo, la precariedad de servicios esenciales agrava la pobreza rural.
Soluciones: crecimiento, educación y enfoque en las áreas urbanas
Para enfrentar este desafío, el Pnud propone estrategias diferenciadas para áreas rurales y urbanas. Es esencial promover un mayor crecimiento económico, dado que la región crece al 2 % anual, por debajo del promedio mundial.
La educación, más allá de la cobertura, debe enfocarse en la calidad y en la transición digital, mientras que las políticas sociales deben adaptarse a las necesidades específicas de los entornos urbanos, como vivienda, empleabilidad y seguros.
"Ya no basta con sacar a las personas de la pobreza; necesitamos mecanismos para consolidarlas y construir una clase media estable", enfatiza Fernández.
Este enfoque busca evitar que familias enteras desciendan nuevamente por el tobogán de la pobreza, como lo describe Rosa Meleán, exdocente venezolana, al relatar las caídas y subidas constantes que ha enfrentado en su vida.
Así, abordar la nueva cara de la pobreza requiere combinar crecimiento económico, educación de calidad y políticas sociales inclusivas que protejan a los más vulnerables en un mundo cada vez más interconectado.
Más detalles en el artículo escrito por Humberto Márquez: https://ipsnoticias.net/2024/12/los-pobres-en-america-latina-son-mas-urbanos-y-mas-vulnerables/#google_vignette
Les decomisan de drogas, municiones y tecnología Santo Domingo.-En el sector Villa Duarte, municipio Santo…
Concluye el fin de un proceso legal lleno de tensiones para el ex candidato presidencial…
Propone campañas educativas y aplicar la ley 63-17 como la clave del cambio Santo Domingo.-El…
29 cadetes de la Fuerza Aérea reciben su grado con reconocimiento presidencial. Santo Domingo, RD.…
Con el lanzamiento de su primer álbum “Playlist de Verano” y diversas presentaciones en el…
Más del 48% del gasto recae en los hogares mientras campean crisis, negligencia y desigualdad…