Tiroteo en Madison deja cinco muertos y cuatro heridos y una nación en shock
El horror volvió a teñir de sangre las aulas de Estados Unidos. Al menos cuatro personas, incluyendo un menor, han muerto, y cinco más resultaron heridas tras un brutal tiroteo en las inmediaciones de la escuela cristiana Abundant Life, en Madison, Wisconsin.
Según el jefe de Policía de Madison, Shon Barnes, el principal atacante fue abatido por las fuerzas del orden, aunque las autoridades continúan buscando posibles cómplices.
Mientras el pánico se apoderaba de estudiantes y profesores, la ciudad vivió un operativo masivo para contener la amenaza.
La policía había lanzado una alerta advirtiendo a la ciudadanía sobre "múltiples víctimas" en la zona, y pidió evitar el área a toda costa.
¿Hasta cuándo?
El gobernador de Wisconsin, Tony Evers, expresó en redes sociales su "solidaridad" con las víctimas y agradeció al personal de emergencias por su rápida respuesta.
Sin embargo, la retórica política se repite una vez más mientras el país sigue sin abordar la raíz del problema: el acceso indiscriminado a las armas.
Por su parte, la Casa Blanca confirmó que el presidente Joe Biden ha sido informado del incidente, y que funcionarios federales están coordinando esfuerzos con las autoridades locales.
Lo cierto es que las palabras de condolencia no son suficientes en un país donde la sangre de los inocentes es el precio de la inacción.
El círculo vicioso de violencia: una crisis sin fin
Este tiroteo no es un hecho aislado; es otro capítulo en la crisis armamentista que desangra a Estados Unidos.
En Madison, una comunidad está de luto, pero el dolor se extiende por un país acostumbrado al eco de los disparos en sus escuelas.