Tras la confesión Rusia señala a Ucrania como autor intelectual del ataque
El asesinato del teniente general Igor Kirillov, jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de Rusia, ha generado una nueva escalada de tensiones entre Moscú y Kiev tras la confesion de un detenido de haber sido reclutado por Kiev
Según el Servicio Federal de Seguridad (FSB), recoge Europa Press, el principal detenido por el ataque ha confesado ser reclutado por los servicios de inteligencia ucranianos, quienes habrían proporcionado los explosivos utilizados en el atentado, perpetrado con un inusual dispositivo: un patinete bomba.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, destacó que, a pesar del corto tiempo transcurrido desde el ataque, las autoridades han recopilado "información sustancial".
Desde Moscú, el atentado ha sido calificado como un acto terrorista y un reflejo de la lucha contra un régimen nazi, reforzando la narrativa utilizada para justificar la invasión de Ucrania.
Ucrania defiende el ataque como una represalia legítima
En contraste, las agencias ucranianas Ukrinform y UNIAN citan fuentes del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) que reclaman la autoría del ataque, calificando a Kirillov como "un criminal de guerra y un objetivo legítimo".
Según el SBU, Kirillov estaba involucrado en el uso de armamento químico en Ucrania, un cargo que fue formalizado apenas un día antes del atentado.
Kirillov: una figura central en la estrategia rusa de defensa nuclear
Desde 2017, Kirillov lideraba las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de Rusia, una unidad encargada de gestionar los efectos de armas de destrucción masiva y responder ante emergencias nucleares, químicas o biológicas.
Este rol lo convirtió en una figura clave para las operaciones rusas en el marco de la invasión de Ucrania y, al mismo tiempo, en un blanco simbólico para sus enemigos.
Nuevos capítulos en un conflicto de alta tensión
El atentado contra Kirillov se suma a una lista creciente de incidentes que reflejan la profundización del conflicto entre Rusia y Ucrania, con acusaciones mutuas y estrategias de alto riesgo.
Mientras Moscú refuerza su narrativa de lucha contra el "nazismo", Kiev insiste en su derecho a responder ante líderes involucrados en actos que consideran de agresión.
Este suceso no solo intensifica las tensiones políticas, sino que plantea nuevas preguntas sobre la escalada de métodos no convencionales de ataque en una guerra que parece no tener fin cercano.