Pandilleros buscan el control del territorio a sangre y fuego contra sus rivales los Trinitarios
Madrid tembló en julio pasado cuando una pizzería en el Paseo de las Delicias se convirtió en el escenario de un brutal enfrentamiento entre bandas juveniles. Siete miembros del grupo Dominican Don’t Play (DDP), incluidos su líder y un lugarteniente conocido como el “Ministro de la Guerra”, han sido detenidos por la Policía Nacional por su presunta participación en este ataque.
Entrenos apresados figuran una mujer y seis varones, siendo tres de ellos menores de edad
El objetivo: marcar el área contra los rivales Trinitarios, en una guerra por poder y control del territorio a sangre y fuego destaca Europa Press.
Las autoridades identificaron a un adolescente peruano, con antecedentes por lesiones, como el principal sospechoso del ataque. Según fuentes policiales, el tiroteo habría sido parte de un ritual de iniciación para consolidar su posición en los DDP.
El joven, grabado por cámaras de seguridad, se entregó días después acompañado por su madre, tras la intensa presión mediática y policial.
Armas, drogas y terror en los barrios de Madrid
Los registros policiales revelaron un arsenal inquietante: machetes, municiones, pasamontañas, grilletes y más de 300 gramos de drogas. Incluso, en una jardinera en Lavapiés, agentes hallaron dos machetes enterrados junto a cartuchos de escopeta.
Dichos objetos no solo simbolizan la violencia de las pandillas, sino su organización y estrategia para infundir miedo.
Justicia para algunos, pero una alarma encendida para todos
Mientras los adultos detenidos han sido enviados a prisión y los menores internados en régimen cerrado, la única mujer arrestada, novia del líder del grupo, quedó en libertad con medidas judiciales.
Este caso no solo expone el peligroso alcance de las bandas en Madrid, sino también la necesidad urgente de frenar la escalada de violencia juvenil antes de que se cobre más víctimas.Asi, el territorio, las armas y el miedo son las monedas de cambio en esta guerra.
Sobre los Dominican Don’t Play y los Trinitarios
DiarioDigitalRD ha querido recordar el origen de ambos grupos: Los Dominican Don’t Play (DDP) y los Trinitarios son dos de las pandillas juveniles más conocidas y peligrosas de origen latino que operan en España. Ambas tienen raíces en la diáspora dominicana, aunque con el tiempo han reclutado miembros de diversas nacionalidades.
Estas bandas están asociadas a actividades criminales como el tráfico de drogas, extorsión, violencia armada y enfrentamientos por control territorial.
Dominican Don’t Play (DDP)
- Origen: Fundados en Nueva York en la década de 1990, los DDP llegaron a España a través de la migración dominicana en los años 2000.
- Identidad: Se presentan como una "familia" o "hermandad", pero en realidad operan como una organización criminal. Su lema es "Don’t Play", lo que simboliza su actitud violenta y su disposición a enfrentar a cualquiera que los desafíe.
- Estructura: Tienen líderes que controlan pequeños grupos llamados "coros" en barrios específicos. Ejemplo: el "Coro de Embajadores" en Madrid.
- Actividades: Involucrados en robos, tráfico de drogas y enfrentamientos con grupos rivales. Utilizan armas blancas y de fuego en sus ataques.
Trinitarios
- Origen: Surgieron en Nueva York en los años 80, inspirados en la historia patriótica dominicana de los Trinitarios, un grupo independentista del siglo XIX. En España, comenzaron a ganar notoriedad a mediados de los 2000.
- Identidad: Aunque en un inicio proclamaban proteger a los jóvenes latinos, se han convertido en una banda criminal que lucha por control territorial y poder. Su lema es "Dios, Patria y Libertad".
- Estructura: Funcionan con un sistema jerárquico donde los líderes tienen control sobre sus "capítulos" locales.
- Actividades: Además del tráfico de drogas y robos, se les asocia con actos de violencia extrema, especialmente contra los DDP.
Rivalidad entre DDP y Trinitarios
Estas bandas mantienen una rivalidad feroz que se traduce en enfrentamientos violentos, muchas veces en espacios públicos como parques, estaciones de metro o, como en el caso reciente, en pizzerías.
La lucha por el control de territorios urbanos en ciudades como Madrid y Barcelona ha provocado un aumento en la inseguridad y el temor en las comunidades afectadas.
Impacto social y respuestas
La presencia de estas pandillas en España no solo afecta a los jóvenes involucrados, sino también a los barrios donde operan. Las autoridades han intensificado los esfuerzos para desmantelar estas bandas mediante operativos, campañas educativas y programas de reintegración social.
Sin embargo, el desafío sigue siendo grande, ya que estas pandillas son atractivas para jóvenes vulnerables que buscan identidad y protección en un contexto de exclusión social.