Es un riesgo latente en una práctica común cada fin de año
Expertos advierten que los niños menores de cinco años y los mayores de 65 años no deben comer las uvas en Nochevieja por el riesgo de atragantamiento o asfixia
Según alerta la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) y recoge Europa Press, la textura resbaladiza, el tamaño y el jugo interior de las uvas facilitan que sean ingeridas sin masticar, lo que puede provocar bloqueos fatales en las vías respiratorias.
Otros alimentos que debes evitar en nochevieja
Los especialistas subrayan que tampoco es seguro sustituir las uvas por frutos secos, palomitas de maíz, caramelos o grageas de chocolate, ya que estos alimentos presentan fragmentos duros capaces de obstruir las vías respiratorias.
Para los niños y mayores, recomiendan ofrecer uvas peladas, sin pepitas y cortadas en trozos pequeños, nunca en rodajas.
En cuanto a los menores de cinco años, los frutos secos deben ser previamente triturados para evitar cualquier riesgo.
Adultos mayores y pacientes con disfagia: atención redoblada
En los mayores de 65 años y aquellos con disfagia, la situación es aún más delicada. Las estadísticas reflejan que el riesgo de asfixia en personas mayores es siete veces superior al de los niños pequeños.
Este problema afecta a casi un tercio de los mayores de 65 años, según estudios publicados en la revista Geriatrics. Ante este panorama, los profesionales instan a extremar precauciones durante las celebraciones de fin de año.
tradiciones seguras y sin riesgos de asfixia
Los expertos llaman a reflexionar sobre cómo adaptar las tradiciones sin poner en riesgo la salud de los más vulnerables. La seguridad y la vida deben ser la prioridad absoluta en cada campanada.