La ONU reporta un aumento alarmante en las muertes, secuestros y abusos en 2024.
Puerto Príncipe .- Haití sigue siendo escenario de una creciente violencia, alimentada por las pandillas que operan sin control en diversas regiones del país. De acuerdo con un informe reciente de las Naciones Unidas, al menos 5.601 personas perdieron la vida en 2024 como consecuencia directa de incidentes violentos relacionados con estos grupos armados, una cifra que supera en más de mil muertes a la registrada en 2023.
El impacto de la violencia no solo se refleja en el número de víctimas fatales, sino también en las secuelas físicas y psicológicas que deja en la población. Más de 2.200 personas resultaron heridas, mientras que casi 1.500 fueron secuestradas en lo que va del año. Estas cifras revelan la magnitud de la crisis de seguridad que atraviesa el país, afectando gravemente la vida cotidiana de sus ciudadanos.
Uno de los episodios más devastadores ocurrió a principios de diciembre, cuando un ataque liderado por uno de los grupos más poderosos de Haití dejó al menos 207 muertos. El líder de la banda ordenó la matanza de un grupo de ancianos a quienes acusaba de practicar vudú, lo que, según él, había causado la enfermedad de su hijo. La brutalidad de los agresores no tuvo límites, ya que mutilaron y quemaron los cuerpos para borrar cualquier evidencia.
Además de los ataques de las pandillas, la ONU reporta una alarmante cifra de 215 ejecuciones sumarias atribuidas a las fuerzas de seguridad haitianas, sumándose a 315 casos de linchamiento. En algunos de estos episodios, se identificaron complicidades de agentes de la Policía Nacional, lo que agrava aún más la situación.
Volker Turk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, expresó su preocupación ante lo que describió como “una violencia incesante” que se ha vuelto común en el país. Según Turk, la impunidad, la corrupción y la profunda desigualdad social son los principales factores que están alimentando esta escalada de abusos. En un país que aún lidia con las consecuencias del asesinato del presidente Jovenel Moise en 2021, la población se ve atrapada entre las bandas criminales y la falta de un Estado de derecho efectivo.
El informe también subraya la necesidad urgente de restaurar el orden y la seguridad, un desafío que requiere el apoyo internacional. Turk ha hecho un llamado a la comunidad internacional para proporcionar asistencia logística y financiera en la misión de seguridad, además de aplicar sanciones más estrictas y un embargo de armas para evitar que los grupos criminales sigan obteniendo armamento.
En medio de esta crisis, el Alto Comisionado también ha señalado la preocupación por las deportaciones de migrantes haitianos, especialmente cuando las condiciones de inseguridad y los graves abusos de derechos humanos hacen imposible un retorno seguro y digno. Turk ha destacado que Haití no está en condiciones de garantizar la seguridad de quienes han huido, lo que pone en riesgo aún más a aquellos que intentan regresar a su país.
La situación en Haití continúa siendo crítica, y el futuro del país dependerá de una urgente intervención internacional que pueda frenar la violencia y restaurar el orden en un contexto de profunda crisis humanitaria.