Críticas feroces tras polémica asistencia a juramentación de Maduro
El merenguero y hasta hace poco viceministro de Cultura, Bonny Cepeda, desató una tormenta política al asistir a la toma de posesión de Nicolás Maduro en Venezuela, una nación que rompió relaciones diplomáticas con República Dominicana en 2024.
Su presencia en el evento, donde incluso se le propuso crear una canción en honor al mandatario venezolano, encendió una ola de críticas por su aparente desconexión con la posición oficial del gobierno dominicano.
El impacto fue inmediato: Cepeda puso su cargo a disposición del presidente Luis Abinader, justificando su decisión en la necesidad de concentrarse en su carrera artística y asuntos empresariales.
Sin embargo, muchos ven este gesto como un intento desesperado por mitigar el escándalo.
Abandono político: Abinader destituye a ministros vinculados a maduro
La polémica no se detuvo con Cepeda. El presidente Abinader destituyó a Miguel Mejía, ministro sin cartera, tras ser visto en el mismo evento en Caracas.
Este movimiento busca enviar un mensaje claro: la República Dominicana no tolerará actos que socaven su postura internacional frente a regímenes cuestionados como el de Maduro.
El rompimiento diplomático entre Venezuela y República Dominicana, anunciado sorpresivamente por Caracas en junio de 2024, empeoró aún más la relación bilateral, afectando a otros países de la región que también exigen transparencia en las elecciones venezolanas.
Bonny Cepeda y su controversial relación con el Chavismo
No es la primera vez que Cepeda genera polémica por su cercanía con el régimen chavista. En 2022, fue duramente criticado por versionar la canción "Santo Domingo" para adaptarla a Venezuela, interpretándola como regalo para Maduro en su cumpleaños.
"En Venezuela", como fue titulada, provocó un rechazo masivo en redes sociales y el ámbito cultural dominicano.
Los vínculos de Cepeda con Venezuela parecen más profundos y prolongados de lo que se creía, dejando una sombra sobre su paso por la gestión pública.
La situación plantea preguntas incómodas sobre los límites éticos y políticos de quienes ocupan posiciones de poder en la República Dominicana.
El futuro de Bonny Cepeda ahora parece incierto, pero su caso será recordado como un episodio de choque entre cultura, política y diplomacia.