A través de programas de traducción, los gobiernos definen qué voces son amplificadas y cuáles son silenciadas
La traducción literaria no es solo un puente entre culturas, es un arma política. Un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), a través del proyecto "Traduciendo la diversidad" (Trad-Divers), desenmascara cómo los gobiernos utilizan la literatura y su traducción para controlar narrativas y proyectar poder blando.
Este ambicioso estudio analiza las políticas de traducción en Iberoamérica y cómo estas moldean lo que leemos, quién lo escribe y, sobre todo, quién controla el mensaje.
El Laboratorio de Estudios Literarios Globales de la UOC investiga cómo las instituciones públicas promueven un canon literario que refuerza su imagen de marca y su influencia en el escenario internacional.
A través de programas de traducción, los gobiernos definen qué voces son amplificadas y cuáles son silenciadas, reforzando desigualdades y controlando la diversidad literaria.
El mercado editorial: diversidad o censura encubierta
La investigación revela que las políticas de traducción suelen favorecer autores consagrados por la industria, ignorando la riqueza de voces emergentes.
Según Diana Roig Sanz, coordinadora del proyecto, estas políticas tienen un doble filo: proyectan una identidad nacional, pero también refuerzan tendencias de mercado que marginan la verdadera diversidad cultural.
Mientras tanto, el estudio arroja luz sobre las vulnerabilidades del mercado editorial iberoamericano, marcado por dependencias económicas y la falta de protección gubernamental.
Surge la pregunta ¿La traducción es una herramienta de emancipación o una nueva forma de control colonial?
Mujeres, género y bibliodiversidad: la lucha por la representación
Trad-Divers dedica especial atención a las mujeres en la literatura: escritoras, traductoras y líderes de instituciones culturales. La pregunta central es: ¿qué tan inclusivas son realmente las políticas de traducción?
El estudio, que abarca desde el 2001 hasta el 2022, utiliza minería de datos y entrevistas para revelar patrones de exclusión y oportunidades desaprovechadas en la promoción de escritoras en el ámbito internacional.
La investigación no solo compara políticas en Iberoamérica, sino que también propone modelos sostenibles y democráticos para garantizar que la traducción literaria sea una herramienta para la inclusión y no para la censura.
traduciendo la diversidad: el proyecto que redefine las narrativas culturales
El proyecto Trad-Divers, financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, combina metodologías cuantitativas y cualitativas para analizar las políticas de traducción en Iberoamérica.
Las investigadoras pretenden responder preguntas clave: ¿Quién decide qué obras se traducen y qué autores se proyectan? ¿Qué papel juegan las instituciones públicas en la construcción del canon literario? Y, sobre todo, ¿las políticas de traducción promueven una verdadera bibliodiversidad o perpetúan las dinámicas de exclusión del mercado editorial?
Hacia políticas culturales más inclusivas y democráticas
Con tres objetivos principales, Trad-Divers busca cambiar el paradigma de las políticas de traducción:
- Establecer un marco teórico que conecte la noción de soft power con los estudios de traducción y literatura global. Esto permitirá analizar cómo los gobiernos utilizan la literatura como una herramienta de influencia cultural.
- Proveer evidencia empírica para un análisis comparativo de las políticas de traducción en Iberoamérica. Este enfoque innovador recopila datos sobre programas de traducción, su evolución y los géneros literarios favorecidos.
- Proponer modelos inclusivos que fomenten políticas culturales sostenibles. Esto incluye recomendaciones para garantizar una mayor diversidad en las traducciones, priorizando voces marginadas y promoviendo un nation-branding más auténtico y plural.
Un futuro para la traducción literaria en iberoamérica
El equipo de Trad-Divers, liderado por Diana Roig Sanz y Laura Virginia Fólica, trabaja con investigadores de diversas disciplinas para asegurar que este proyecto no solo genere conocimiento, sino también impacto en las políticas públicas.
Con el apoyo de expertos en humanidades digitales, Trad-Divers apunta a transformar las narrativas culturales promovidas por las políticas de traducción.
Conclusión: la literatura traducida no es neutral. Es un campo de batalla donde gobiernos, editoriales y traductores deciden qué culturas son dignas de ser escuchadas. Y mientras sigamos consumiendo traducciones sin cuestionar, estaremos perpetuando un sistema que silencia a unos para amplificar a otros.