Promete una amplia comisión nacional e internacional para una reforma constitucional
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se juramenta hoy para un tercer mandato, prometiendo profundizar el Poder Popular y consolidar el socialismo del siglo XXI. Durante la ceremonia en el Palacio Federal Legislativo, el mandatario anunció su primer decreto: la creación de una amplia comisión nacional e internacional para llevar a cabo una reforma constitucional que involucre a todos los sectores del país.
Este plan, bautizado como “las Siete Transformaciones”, busca definir el modelo de desarrollo venezolano para los próximos 30 años, prometiendo “democratizar hasta el infinito” la vida política y social del país.
Maduro declaró que su misión es construir un Estado verdaderamente democrático: “del pueblo, para el pueblo y con el pueblo”.
Una marcha multitudinaria y un mensaje de control total
La investidura del mandatario está respaldada por miles de seguidores que marcharon en la Gran Marcha por la Paz y la Alegría, manifestando apoyo incondicional al líder bolivariano.
Mientras tanto, el Palacio de Miraflores fue tomado por la juventud para actividades recreativas, mientras motorizados y fuerzas de seguridad patrullaban las calles para garantizar la “tranquilidad” en medio de la tensión política.
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El vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, calificó el día como una “victoria popular”, ridiculizando la escasa asistencia a las convocatorias opositoras.
“Hemos ganado por la paz, la democracia y el socialismo”, aseguró ante una multitud de seguidores que coreaban consignas de respaldo a Maduro.
Solidaridad internacional y cuestionamientos sobre el futuro político
Más de dos mil representantes de gobiernos y movimientos sociales de más de 100 países asistieron al evento, junto con organismos internacionales como el Foro de Sao Paulo y la OPEP.
Este respaldo internacional refuerza la narrativa de soberanía promovida por Maduro, quien insiste en que Venezuela es “libre, soberana e independiente”.
Sin embargo, los críticos advierten que el tercer mandato de Maduro representa una consolidación del control político en un país sumido en una profunda crisis económica y social.
A pesar de las promesas de diálogo y reforma, las acciones del régimen bolivariano apuntan a fortalecer su poder en detrimento de una verdadera apertura democrática.
El destino de Venezuela ahora está en juego, con un gobierno que apuesta por la revolución y una oposición debilitada que lucha por recuperar relevancia en un panorama dominado por la incertidumbre.