Sería condenado en juicio histórico antes un juez que no cedió
Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, enfrenta hoy un momento sin precedentes: será sentenciado por 34 delitos graves en una corte de Nueva York. El caso gira en torno a la falsificación de registros comerciales para silenciar a la exactriz porno Stormy Daniels, en un escándalo que sacude los cimientos políticos del país.
A pesar de los esfuerzos desesperados de su defensa por retrasar el proceso, el juez Juan Merchan rechazó todas las peticiones. Incluso el último recurso ante la Corte Suprema fue desestimado, cerrando cualquier posibilidad de evitar la condena.
El veredicto de culpabilidad, emitido de manera unánime por un jurado en mayo pasado, ahora se traduce en una sentencia histórica.
Un presidente electo entre el poder y el escándalo legal
Trump, a solo diez días de asumir su segundo mandato, enfrenta una condena que, aunque no implicará prisión, representa un golpe devastador para su imagen.
Este es el primer juicio penal contra un expresidente de Estados Unidos que está a punto de regresar al poder, marcando un capítulo oscuro en la historia política del país.
El fallo definitivo del Supremo llegó un día después de que trascendiera que el juez Samuel Alito recibió una llamada directa de Trump.
Aunque Alito afirmó que no discutieron la solicitud de emergencia presentada por la defensa, la revelación añade un nuevo matiz de controversia a un caso ya plagado de escándalos.
Un historial de controversias que no lo derrumbó
El caso Daniels es solo la punta del iceberg en el historial legal de Trump. En 2016, utilizó a su abogado Michael Cohen, ahora convertido en su más feroz crítico, para gestionar el pago de 130 mil dólares a la exactriz, buscando silenciar un supuesto romance de 2006.
Este escándalo amenazaba con destruir su reputación durante su primera campaña presidencial.
Sorprendentemente, Trump logró salir indemne de otros tres juicios gracias a su victoria electoral el pasado 5 de noviembre.
Sin embargo, este proceso ha dejado claro que su carrera política ha sido constantemente amenazada por sus problemas legales.
Hoy, Estados Unidos observa atónito cómo un presidente electo enfrenta la justicia mientras se prepara para asumir nuevamente el poder.