Están quedando tan solos que solo algunos pagados asisten a sus reuniones, a sus charlas, a sus encuentros públicos y privados.
Se están quedando solos los camaradas amigos que desprecian libertades y derechos por seguir a enemigos. No acaban de darse cuenta que el tiempo y el mundo cambian, sin querer o sin sentido, y que hasta el más ignorante aspira un día forjar su ineludible destino.
Destino que le permita hablar, andar o escribir con libertad y sin prejuicios, sin nadie que lo detenga, lo encierre y lo castigue por decir lo que su alma aspira y siente.
Se están quedando solos y viejos los antes sonrientes camaradas, pues ni Lenin y Marx, ni Stalin y Engels, ni Mao y Fidel pudieron hacer realidad los sueños a favor de los más desamparados en la tierra.
Están quedando tan solos que solo algunos pagados asisten a sus reuniones, a sus charlas, a sus encuentros públicos y privados, a sus llamados a luchar por un mundo dizque mejor donde no se respetan derechos ni libertades a nadie.
Olvidaron y olvidan hoy que el ser humano no puede vivir en parte alguna si no se respetan esos derechos, si no se le permite que su corazón vibre y su cerebro vuele, aun en medio de la más cruel realidad.
Olvidaron y olvidan que en todas partes se cuecen habas, que en todas partes existen y crecen los malos hábitos, la corrupción, el racismo, la xenofobia, la envidia y no solo en una parte del planeta.
Olvidaron y olvidan que las dictaduras, como los duros castigos a los niños, nadie las respalda ni las anhela, que no se gana nada impulsando un sistema que ha fracasado en la tierra.
Se están quedando solos en la defensa de regímenes absurdos, odiosos, corruptos y enemigos de las libertades y los derechos de todos los seres humanos.
Defender gobiernos pasajeros como los de Venezuela y Nicaragua es, por decir lo menos, una barbaridad condenable.
Si el inmaduro hubiese ganado las elecciones venezolanas de julio pasado, hubiera mostrado al mundo las actas de votaciones y el mundo lo hubiese respetado. Pero perdió de María Corina Machado y de su pupilo presidencial Edmundo González Urrutia, y ha perdido el juicio junto a sus camaradas y amigos Diosdado Cabello y monseñor Padrino.
Hay que olvidar amores viejos y perdidos, pero no votaciones recientes ni libertades y derechos que todos los ciudadanos saben les corresponden desde su fecha de nacimiento.
10 de enero de 2025.