La justicia, de capa caída, como hace cientos de años, permitiendo que reconocidos delincuentes vivan en libertad y entre riquezas.
Son tantos los temas por tratar en nuestro diario vivir que cualquiera se vuelve loco o deja de escribir. Temas sociales que endurecen el alma cuando no se ven soluciones a la vista. Temas de geopolítica que atañen y afectan a todos, cuando las potencias imperiales no se ponen de acuerdo en nada.
Otros temas que desgarran hasta el espíritu, cuando vemos, escuchamos o leemos de la enorme cantidad de personas pasando hambre, bajo bombas, tiros, drones, cohetes y otros elementos de guerras que nunca dejan ganadores.
Crecimiento del cáncer en sus diversas y mortíferas formas., las violaciones de menores de ambos sexos., los partos indebidos y sin elementales resguardos médicos., las diferencias abismales entre hombres y mujeres en el logro de sus derechos y reivindicaciones. Y mejor no seguir.
En nuestro medio, la política barata y los políticos sin escrúpulos, moral, ética ni sentimientos, haciendo todo lo que se les antoja siempre que vaya en contra de los deprimidos.
La justicia, de capa caída, como hace cientos de años, permitiendo que reconocidos delincuentes vivan en libertad y entre riquezas, mientras pobres diablos se pudren en las cárceles sin que se les haya condenado en juicio oral, presencial y contradictorio.
La educación, por el suelo, con maestros sin dignidad, y sin agrado por enseñar lo que de otros quizás aprendieron.
El agro en franco deterioro por muy diversos motivos, igual que otros activos que hagan menos incómoda la existencia humana. El gobierno haciendo y deshaciendo para mantener o mejorar una situación que empobrece mas a los pobres y enriquece más a unos pocos. Con funcionarios díscolos y caprichosos buscándose lo suyo.
Los casos de Trump en USA, de Maduro en Venezuela, de Ortega en Nicaragua, de la Cuba oprimida, hoy descuartizada y sin energía eléctrica, alimentos ni sonrisas, nos hacen llorar de pena.
Nuestra real pobreza compartiéndola con otros millones de pobres haitianos que sin documento alguno aspiran ser reconocidos como ciudadanos o residentes legales. Un caos que vaticina mas hambruna y hasta quizás una mini-guerra civil, similar a la de Rusia versus Ucrania e Israel contra Palestina. Todos salimos perdiendo, al final de las batallas, con muertos, heridos y desaparecidos.
Panorama real y entristecedor que algunos califican de imposible, mientras otros afirman que en menos de diez años haitianos y dominicanos estaremos peleando por este bendito territorio dominicano.
¡Que Dios nos ayude a entender este panorama y a resguardar nuestro futuro inmediato, y se evite una guerra civil por la no aplicación de leyes, tratados y acuerdos legales, y por la corrupción de algunos civiles y militares que actúan en contra de los mejores intereses y el futuro de nuestra querida, amada e inquebrantable República Dominicana.
13 de enero de 2025.