La guerra en Gaza lleva más de 15 meses y ha matado a 46 mil 700 personas, estiman agencias internacionales.
Opinión.- 2024, fue un año convulso, de conflictos armados en el Medio Oriente y agudizamiento de la guerra entre Rusia-Ucrania, lo que permite apreciar si en este 2025, ¿podrá el gobierno de Trump crear un clima más armonioso en la geopolítica mundial?
La señal que emite Washington es determinante y crucial para parar la sangre en la ribera de Gaza donde las fuerzas israelíes han matado a miles de personas entre ellos, niños y ancianos, cacería condenada a nivel mundial.
La persecución contra la milicia de Hamás ha sido intensa y desproporcionada, y ahora, se negocia en Qatar un alto al fuego entre Israel y Palestina, que podría poner fin a un conflicto armado de varias décadas.
Aunque sigue pendiente su ratificación final ya se han alcanzado pasos concretos, no obstante, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, recibe presiones de ultraderechistas opuestos al alto el fuego, según trascendió.
La guerra en Gaza lleva más de 15 meses y ha matado a 46 mil 700 personas, estiman agencias internacionales.
Los equipos de política exterior del actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden y del futuro mandatario, Donald Trump, se unieron en esfuerzos conjuntos para alcanzar la paz en el Medio Oriente, marcando un precedente que podría cambiar el rumbo de la historia.
Donald Trump ha invitado a su toma de posesión a mandatarios afines a su visión política, como los presidentes de El Salvador, Nayib Bukele; de Ecuador, Daniel Noboa y de Argentina, Javier Milei. También, el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
Estará presente, además, el presidente de China, Xi Jinping, con quien se espera haya un diálogo directo que permita mejorar las relaciones bilaterales entre Washington y la República Popular de China.
En el primer mandato del republicano (2017-2021) las relaciones con su par asiático fueron de confrontaciones por marcadas diferencias y criterios sobre el comercio mundial.
Es la primera vez que en la ceremonia de toma de posesión del presidente de EE. UU. son invitados mandatarios de otros países, porque el protocolo siempre lo hacía con los embajadores acreditados en Washington.
Si Trump cumple su palabra de concluir las guerras entonces alcanzaremos un mundo pacificado lo que se traduciría en nuevas oportunidades para que la población mundial logre una nueva realidad, donde impere la cooperación e intercambio comercial, cultural y diplomático apegado al respeto y solidaridad.
Parecería que el conflicto entre Rusia-Ucrania, que lleva más de dos años, terminará tan pronto la nueva administración de la Casa Blanca corte la ayuda económica y militar a Kiev.
El presidente saliente, Joe Biden, entregó más de 65 mil millones de dólares al régimen de Volodímir Zelenski, incluyendo equipos y avionesmilitares para combatir a las tropas rusas, acción criticada por los propios estadounidenses.
Deportaciones masivas
Sorprende que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, no figure entre los líderes políticos latinoamericanos que estarán en la juramentación de Trump, lo que evidencia que las relaciones estadounidenses con esa nación vecina pasan por momentos difíciles.
El líder republicano ha dicho que devolverá hacia México a todos los inmigrantes ilegales y que también reforzará la frontera que divide ambos países.
Al respecto, el plan de Trump es deportar a 20 millones de migrantes indocumentados con el auxilio de la Guardia Nacional, según adelantó en la pasada campaña electoral.
Entre las primeras medidas que se espera aplicará el nuevo gobierno son relacionadas al flujo migratorio que se registra en la frontera sur que comparte Estados Unidos con México, donde se producirán masivas deportaciones.
Los dos funcionarios que nombró Trump para el tema, Stephen Miller y Thomas Homan, son partidarios radicales de la expulsión de indocumentados.
¿Cuál será la relación de la administración Trump con los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela?
Sobre Venezuela, el nuevo gobierno de Donald Trump manda una señal al incluir entre sus invitados especiales a la solemne juramentación del 20 de enero, a Edmundo González, a quien más de treinta países latinoamericanos y la propia Unión Europea reconocen como el ganador de las recientes elecciones presidenciales.
RD, Cuba y Venezuela
Su política exterior se enfocará en sus tradicionales relaciones con los países occidentales europeos y asiáticos. O en cambio, se acercaría un poco más hacia Latinoamérica. Por lo menos, se cree que el presidente Trump tendrá una relación excelente con su par argentino, Javier Milei.
Y es de esperarse que el futuro secretario de Estado de origen cubano, Marco Rubio, impulse un mayor acercamiento con América Latina, debido a las relaciones personales que tiene con varios de sus líderes, entre ellos, el presidente dominicano, Luis Abinader, cuya gestión elogió recientemente.
Tras expresar que República Dominicana es uno de los países que está haciendo “las cosas bien”, Rubio manifestó, además, que: "Pienso en la República Dominicana. La gente no habla lo suficiente de la República Dominicana y se enfrentan a un verdadero desafío debido a Haití y la inestabilidad del país vecino".
Con relación a Cuba y Venezuela, el próximo jefe de la diplomacia de EE. UU. lanzó fuertes críticas sobre ambas naciones, indicando que el primero merece estar en la lista de países “patrocinadores” del terrorismo. Hablando en el Senado estadounidense observó que la patria de Bolívar “está gobernada por una organización de narcotráfico".
Ceremonia en el Capitolio
Trump, asumirá este lunes 20 de enero, como el presidente número 47 de Estados Unidos, en ceremonia oficial que se desarrollará en la sede del Capitolio, en Washington.
Ese día, también se festeja el Día de Martin Luther King Jr., por lo que será un momento cargado con mucho simbolismo patrio. Desde la segunda toma de posesión del expresidente Bill Clinton, en 1997, no coincidía la juramentación de un presidente o Día de la Inauguración en Norteamérica.
Luther King y Jackie Robinson son dos prominentes figuras de la historia de Estados Unidos, marcadas por su heroísmo y lucha tenaz ante la defensa de los derechos civiles de los negros en esa sociedad.
King, fue un ministro y activista bautista que enfrentó la discriminación racial y el movimiento de los derechos civiles desde 1955 hasta ser asesinado en 1968. Robinson, fue el primer jugador afroamericano en las Grandes Ligas de Béisbol (MLB) en la era moderna. Ambos nacieron en el Estado de Georgia.
Artículo de Manuel Díaz Aponte