El Comando Vermelho lanza ataques como represalia a la Policía en Rondonia
BRASIL, 18 Ene. (EUROPA PRESS). La violencia en Porto Velho, la capital del estado brasileño de Rondonia, ha alcanzado niveles alarmantes desde el inicio de esta semana, dejando al menos trece muertos en enfrentamientos entre bandas criminales y agentes de la Policía. Según las autoridades locales, los ataques son una represalia del temido grupo criminal Comando Vermelho, que ha tomado venganza contra las fuerzas de seguridad tras sus operativos en un complejo residencial bajo su control.
Los enfrentamientos, que han tenido lugar desde el lunes, han dejado un saldo de ocho víctimas fatales en manos de las bandas criminales y cinco más en los choques directos con la Policía. Las víctimas mortales, en su mayoría civiles, han sido alcanzadas por disparos durante los ataques perpetrados por miembros del Comando Vermelho y otros grupos asociados.
Hasta el momento, se han arrestado a catorce personas relacionadas con los enfrentamientos, se han incautado siete armas de fuego y al menos 28 vehículos han sido incendiados, incluyendo autobuses de transporte público, coches particulares y vehículos policiales.
La violencia ha provocado una paralización parcial de las actividades en algunas zonas de la ciudad, mientras que las fuerzas de seguridad siguen buscando a otros miembros de las bandas responsables de los ataques.
El origen de estos enfrentamientos se remonta a una serie de operaciones realizadas por la Policía en un complejo de viviendas, conocido por ser uno de los bastiones del Comando Vermelho en Porto Velho.
La respuesta del grupo criminal, que ya tiene antecedentes de violencia en varias partes del país, ha sido rápida y feroz, con la intensificación de los ataques contra civiles y policías como mensaje de intimidación y desafío a las autoridades.
La situación en Porto Velho ha generado preocupación entre la ciudadanía, que teme un recrudecimiento de la violencia en los próximos días. Los residentes han sido llamados a permanecer en sus hogares y evitar las áreas más conflictivas mientras la Policía y el gobierno local refuerzan la seguridad en la ciudad.
Esta ola de violencia subraya una vez más la creciente preocupación por el poder de las organizaciones criminales en Brasil, que siguen desafiando las autoridades y sembrando el miedo en comunidades enteras. La situación continúa siendo monitoreada de cerca por las autoridades nacionales e internacionales.