Europa ha quedado en una posición muy débil como consecuencias de la política exterior de Biden.
El mundo aparece expectante ante el regreso al poder de Estados Unidos de Donald Trump. No es para menos, resulta que la administración ‘demócrata de Biden y de Obama, no cumplieron las demandas ni las expectativas del pueblo de EEUU, ni delresto del mundo Occidental. Podría afirmarse que, agravaron la crisis del mundo Occidental. Desde la administración de gobierno de Bill Clinton EE. UU. viene retrocediendo en lo que tiene que ver con los valores occidental, esto es: en materia de derechos humanos, en materia de defensa a la paz, en materia de fortalecer los valores, normas y principios que hicieron grande a Occidente.
El sector de la industria de la guerra, dominante en EE. UU.,desde siempre, ha impuesto su punto de vista al margen de las opiniones de los demás sectores. No han comprendido la necesidad de transformarse hasta adaptarse a un mundo que, los Bush asumieron unipolar pero que, el resto del mundo les dijo que era multipolar. De modo que, la caída del Muro de Berlín fue una oportunidad perdida para imponer los valores occidentales, por el contrario, la doctrina Bush de la guerra preventiva terminó por hundir a EE. UU., simplemente porque era loque el mundo esperaba.
En Occidente se manejó siempre la hipótesis de que en el mundo no había paz por la posición belicista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS. En otras palabras, porque Rusia no asumía la economía de mercado, el capitalismo. De modo que, cuando Rusia giró a la derecha, gracias a la impericia de Gorbachov, el mundo se llenó de esperanzas y llegó a pensar que la desintegración de la URSS implicaba, a la vez, la desaparición de las amenazas a la guerra. Sin embargo, el grupo de poder de EE. UU. vio otra cosa, vio la oportunidad de hacerse con el control unilateral del mundo. Esta postura no es razonable frente a los aliados de EE. UU., ni frente a Rusia. De modo que, la mesa quedó servida para el renacer de la amenaza de guerra y para la guerra misma. Se escogió a Ucrania como el escenario ideal para la nueva contienda. Pero como bien ha dicho Donald Trump esto es absurdo.
La Organización del Atlántico Norte, la OTAN, debió desaparecer juntamente con la desaparición del Pacto de Varsovia, en cambio, se hizo exactamente lo contrario, los acuerdos de Minsk fueron violados paladinamente. Como era de esperarse, Rusia reaccionaria a ello, es lo que ha ocurrido. Ahora tocará a Trump tratar de regresar la discusión al punto de los acuerdos de Minsk, pero, reconociendo la realidad actual. Esto implica, por necesidad, la aparición de un nuevo orden internacional donde el derecho internacional recobre su lugar. Algunos entienden que las expresiones de Trump entorno a política y derecho internacional son preocupantes. A nuestro juicio, constituyen un punto de partida para plantear negociaciones justas.
Europa ha quedado en una posición muy débil como consecuencias de la política exterior de Biden. En principio, la llegada al poder de Obama fue vista desde Europa como la gran esperanza, el ascenso de Biden por igual, pero, vista la situación de hoy, Europa no tiene otra salida que entenderse con Donald Trump desde una posición sumamente débil. Dicho de otro modo, lo que se debió hacer juntamente con los demócratas ahora habrá, por necesidad, que hacerlo con Trump. Esto es: una política exterior que debieron diseñar los demócratas habrá de asumir Donald Trump. Por eso hemos dicho que, la tradicional división entre izquierda y derecha no es realista hoy en día. Esto así porque tenemos a gente de derecha y nacionalistas asumiendo posturas que deberían ser asumidas por la llamada izquierda y, a la inversa, gente de izquierda actuando como gente de derecha. Renunciando a sus valores y principios tradicionales con tal de preservar la paz y diseñar el mundo del siglo XXI desde una postura pragmática.
Esto es así, porque Rusia no debió ser puesta en la mesa de China, tampoco Latinoamerica y mucho menos África. Es que los errores del partido demócrata son muchos y no es suficiente con acusar de ello al grupo de poder. Se hacía necesario comprender el mundo como decía la propaganda occidental, como un mundo democrático. Era la manera de dejar a la derecha sin iniciativas y vender los valores occidentales al mundo global, pero, la realidad es otra. Nos encontramos ante la realidad de que los demócratas y la izquierda no comprenden el mundo de hoy. Baste ver la ausencia de liderazgo en Europa. No entienden siquiera a sus pueblos, salvo claro está, la nueva derecha.
De modo que será la derecha occidental, la que, junto a Rusia, diseñen la política internacional del siglo XXI. Obviamente, la realidad dice que China ha entrado al ruedo mundial con todas las de ganar gracias a la ausencia de liderazgo en Europa y a los errores de los demócratas. Esto sin decir que existen problemas internos graves como la caída de la caída de la economía, no ya europea, sino, particularmente alemana; sin hablar de los problemas migratorios de Europa y de EE. UU., en ambos casos, se habrá de llegar, igual que en la República Dominicana, a una política migratoria realista. Esto es: donde la planificación establezca la cantidad de migrantes que requiere la economía global. Si bien la Organización Mundial del Comercio OMC, habló, en principio, de favorecer la circulación universal de personas y de mercancía, la realidad es que, como bien explicaron los diseñadores de políticas globales, la globalización exige un mínimum de educación o de sociedad del conocimiento que potabilice esa circulación universal y, las denominadas economías en vía de transformación, hasta ahora, no son uniformes en cuanto a cumplir este requisito. Por ejemplo, República Dominicana, un estado donde la educación no es de buena calidad, se encuentra mejor situada en esta materia que su vecino más cercano.
Así las cosas, son muchos los temas que deben resolverse para que la globalización beneficie a todo el mundo. Se debe recordar además que, la política exterior de China es idéntica a la que, en su momento mantuvo Japón del cual se dijo que era un imperio que no tenía interés en ser tal. Es decir, que su interés era meramente económico-tecnológico. Este es un asunto que debe ponderarse y del cual, es muy posible que ni EE. UU., ni Europa hayan comprendido a la fecha. DLH-20-01-2025