De crítico de Trump a aliado clave en su administración
JD Vance, vicepresidente electo de Estados Unidos, está llamado a convertirse en una de las figuras más controvertidas del panorama político. A sus 40 años, el empresario y político asume el cargo junto a Donald Trump, a pesar de que en 2016 expresó una abierta animadversión hacia el magnate. Ahora, ambos encabezan una administración que promete ser determinante para la política conservadora estadounidense.
Criado en el cinturón de óxido, una región golpeada por la decadencia industrial desde los años 70, Vance supo canalizar el descontento de las clases trabajadoras rurales.
Su autobiografía, Elegía campesina, expone las frustraciones de esta América marginada y se convirtió en un manifiesto para los votantes conservadores.
Su llegada a la vicepresidencia se da en un contexto de polarización extrema y un discurso antiinmigración que, según Vance, es clave para la recuperación económica.
Este enfoque le permitió ganarse el apoyo de una base rural históricamente conservadora, aunque su falta de experiencia política ha generado recelos en el ala moderada del Partido Republicano.
La evolución de Vance: de crítico a aliado de Trump
La relación entre JD Vance y Donald Trump no siempre fue cordial. Durante la campaña presidencial de 2016, Vance calificó al magnate como una figura "tóxica" para la política estadounidense.
Sin embargo, con el tiempo, ambos lograron alinear sus posturas, especialmente en temas económicos y sociales, consolidando una alianza estratégica que ahora se traduce en la llegada de Vance a la vicepresidencia.
Este giro político, aunque cuestionado por algunos republicanos moderados, ha permitido a Vance convertirse en un defensor clave de la agenda trumpista, particularmente en la promoción de valores conservadores y en su rechazo a las políticas progresistas de los demócratas.
Posturas firmes sobre aborto e inmigración
Vance, un declarado defensor de la prohibición nacional del aborto a partir de las 15 semanas, ha sido criticado por sus comentarios sobre las mujeres votantes demócratas, a quienes llamó "locas de los gatos sin hijos".
Se define como un político "pro-vida" y apoya los esfuerzos de Trump para abordar esta compleja cuestión.
En cuanto a la inmigración, Vance promueve medidas extremas como acelerar deportaciones, finalizar programas de integración y culpar a los migrantes por la precarización laboral.
Además, respalda la conclusión del muro fronterizo con México y califica a China como la "mayor amenaza" para la economía estadounidense.
Asimismo, en su discurso, Vance ha aprovechado su historia personal para conectar con la base republicana.
Su infancia en Ohio, una región profundamente afectada por el declive industrial, le permite posicionarse como un líder cercano a las preocupaciones de la clase trabajadora, a pesar de su éxito como empresario y su creciente cercanía con las élites económicas.
Desafíos internacionales y controversias ambientales
En política exterior, apuesta por incrementar el apoyo a Israel pero se muestra escéptico con la entrega de ayuda a Ucrania
Vance defiende un enfoque pragmático hacia Ucrania, cuestionando las cuantiosas ayudas enviadas al país en su conflicto con Rusia.
Aunque apoya la soberanía ucraniana, sugiere regresar a las fronteras establecidas en 1991.
En cuanto a China, Vance ve al gigante asiático como la principal amenaza estratégica para Estados Unidos. Desde su posición en el Senado, presentó proyectos de ley para limitar el acceso de empresas chinas al mercado estadounidense, argumentando que esto protegería tanto la economía como la seguridad nacional.
Por otro lado, considera que el cambio climático no representa una amenaza real, en línea con el escepticismo de Trump sobre el tema.
Sobre la política migratoria, el tema está en el centro de su discurso. Más allá de proponer el cierre total de la frontera con México, aboga por una revisión completa de las leyes de inmigración, incluyendo la eliminación de programas que faciliten la integración de migrantes en Estados Unidos.
Para Vance, los migrantes representan un peligro económico y cultural, al considerar que abaratan la mano de obra y desplazan a los trabajadores estadounidenses.
Estas posturas han generado tensiones con organizaciones de derechos humanos, que califican sus propuestas como extremistas y contrarias a los valores fundamentales del país.
Diferencias clave con Mike Pence
A diferencia de Mike Pence, quien certificó los resultados de las elecciones de 2020, Vance sostiene que habría rechazado los resultados que dieron la victoria a Joe Biden.
"Creo que el Congreso debería haber luchado más", afirmó, criticando la postura de Pence durante el asalto al Capitolio del 6 de enero.
El nuevo vicepresidente, con su enfoque extremo y polémico, promete consolidarse como una figura decisiva en la nueva era trumpista, marcada por un discurso duro y una agenda conservadora radical.
Una era de mayor polarización
La vicepresidencia de JD Vance promete ser un catalizador de la polarización que ya domina la política estadounidense.
Sus posturas duras y su alianza con Trump consolidan una visión de gobierno que busca fortalecer los valores conservadores, enfrentándose directamente a las políticas progresistas de los demócratas.
En los próximos años, Vance será una figura clave para determinar el rumbo del Partido Republicano y su capacidad de conectar con una base electoral cada vez más radicalizada.
Su llegada a la Casa Blanca marca el inicio de una nueva era política, con desafíos internos y externos que definirán el futuro de Estados Unidos en la próxima década. Con datos de Europa Press