El expresidente de EE.UU. indulta a más de 1.200 personas y desestima 300 casos penales del asalto al Capitolio.
MADRID, 21 ENE. (EUROPA PRESS) – En un giro sorpresivo, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha cerrado de manera definitiva todos los casos legales relacionados con el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. A través de un decreto firmado este domingo, Trump ha indultado a cerca de 1.270 personas condenadas por diversos delitos vinculados al asalto, y ha ordenado al Departamento de Justicia que desestime más de 300 casos penales activos. Además, ha solicitado la liberación de 14 acusados por sedición grave, aquellos imputados en los casos más severos.
El alcance de estas medidas ha desbordado las expectativas. Aunque varios aliados políticos de Trump, incluidos su vicepresidente, JD Vance, y el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, habían señalado que los indultos solo deberían aplicarse a aquellos acusados de delitos no violentos, el expresidente ha extendido su decisión a una variedad de casos más graves. Entre los indultados se encuentran más de 600 personas condenadas por agredir a policías durante el violento asalto, un hecho que conmocionó a la nación y dejó varias víctimas entre las fuerzas del orden.
La medida también incluye a miembros de grupos extremistas de ultraderecha, como los Oath Keepers y los Proud Boys, quienes habían sido condenados por conspiración sediciosa. Este grupo de individuos, involucrados en la planificación del ataque al Capitolio, había enfrentado penas de prisión severas por su papel en la insurrección. Según fuentes cercanas, esta decisión facilita su inminente liberación de las instalaciones penitenciarias.
El impacto de este indulto, que afecta a una parte significativa de los condenados, ha desatado un amplio debate político en el país. Algunos sectores del Partido Republicano apoyan la medida, viéndola como una forma de restaurar la “justicia” para aquellos que consideran víctimas de una persecución política. Sin embargo, los detractores advierten que la acción de Trump podría socavar el principio de rendición de cuentas por los eventos ocurridos en enero de 2021.
Este movimiento también parece alinearse con una estrategia de cara a futuras contiendas electorales, donde Trump busca consolidar su base de apoyo, que en gran parte está compuesta por votantes que consideran que las investigaciones sobre el asalto al Capitolio fueron excesivas. Con este decreto, Trump envía un mensaje claro a sus seguidores: la lucha por la justicia, según su perspectiva, está lejos de terminar.