El obispo Jesús Castro Marte resalta la estabilidad del país y pide más apoyo a las autoridades.
Higüey, La Altagracia.- Durante la misa solemne celebrada en hono a Nuestra Señora de la Altagracia, el obispo de la Diócesis de Nuestra Señora de La Altagracia, monseñor Jesús Castro Marte, se dirigió a los presentes con un mensaje cargado de esperanza, resaltando tanto los logros económicos de la República Dominicana como los retos que aún enfrenta la sociedad.
Ante la presencia del presidente Luis Abinader, la primera dama Raquel Arbaje, la vicepresidenta Raquel Peña y otras autoridades civiles y militares, el obispo expresó su confianza en el futuro del país y su apoyo al gobierno en la tarea de lograr un ambiente más tranquilo y seguro.
Castro Marte comparó al país con un avión que vuela alto, seguro y confiado, mientras el piloto, en este caso el gobierno, asegura que el rumbo está bien trazado. “República Dominicana está en un vuelo profundo, donde el piloto ha dicho: ‘Quítense los cinturones, que el país camina tranquilo’, y eso da mucha paz”, señaló el obispo. Con estas palabras, Castro Marte hizo alusión a la estabilidad social y política que vive el país, a pesar de los desafíos que enfrenta.
Crecimiento económico y progreso social
En su homilía, el obispo también subrayó el sólido desempeño económico de la nación. “Nuestra economía se encuentra en un 5% dentro de las más fortalecidas en América Latina”, expresó con entusiasmo. Este dato, resaltado por el obispo, refleja el dinamismo de la economía dominicana, que continúa siendo uno de los motores de crecimiento más destacados de la región. Según Castro Marte, este progreso económico contribuye a la paz y el bienestar del pueblo, algo que todos los ciudadanos deben valorar y proteger.
Llamado a la acción para restaurar la paz
Sin embargo, el obispo no pasó por alto los problemas sociales que afectan a la República Dominicana, particularmente en lo que respecta a la violencia y el caos en las calles. En este sentido, hizo un llamado claro a las autoridades para que redoblen esfuerzos en el combate contra el desorden y la inseguridad. Castro Marte pidió a los responsables del orden público que brinden apoyo a aquellos que luchan por restaurar la paz, como una prioridad para el futuro del país.
“Es necesario tomar acciones más firmes, como la restricción de los horarios de venta de alcohol y el control de sustancias prohibidas. Este es un problema grave que afecta a nuestra juventud, que en lugar de estar estudiando o trabajando, se encuentra en las madrugadas en centros de bebidas alcohólicas. No podemos permitir que el caos y el ruido continúen afectando nuestra convivencia”, dijo Castro Marte, en un mensaje contundente para las autoridades.
Ceremonia y honores militares
La celebración religiosa comenzó con una ceremonia de honores militares, en la que el presidente Abinader fue recibido con una salva de 21 cañonazos y el Himno Nacional, a cargo del Batallón de Honor de la Guardia Presidencial. En su intervención, el presidente expresó su gratitud por la celebración de la misa, destacando la importancia de la devoción hacia Nuestra Señora de la Altagracia, patrona espiritual del pueblo dominicano.
Al término de la misa, Abinader, acompañado de su esposa y la vicepresidenta, se dirigió al altar para rendir homenaje a la imagen de la Virgen. La ceremonia fue un espacio para la reflexión, la oración y el fortalecimiento de los lazos de unidad nacional. La misa también contó con la presencia de diversas autoridades locales, entre ellas el expresidente Hipólito Mejía, así como ministros y altos mandos militares, que compartieron este significativo momento religioso con miles de feligreses que peregrinan cada año para venerar a la Virgen.
El evento no solo fue una ocasión para celebrar la fe, sino también para reflexionar sobre el rumbo del país, la paz social y el compromiso de cada ciudadano para construir un futuro mejor para la República Dominicana.