Nezahualcóyotl, el Salomón náhuatl, fue un gobernante visionario de Texcoco, una de las ciudades más importantes del Valle de México durante el siglo XV.
Por Socorro Batista
Desde tiempos inmemoriales, la poesía ha sido utilizada como medio de transmisión de la cultura y las historias de los pueblos. En la antigua Grecia, los grandes poemas épicos como la Ilíada y La Odisea de Homero eran declamados de memoria por los aedos como una forma de enseñanza de la moral y los valores regían la sociedad helénica. Ong (1982) establece que:
La poesía, con su estructura rítmica y fórmulas repetitivas, no solo precedió a la prosa en las culturas orales, sino que también fue la primera forma en que las sociedades comenzaron a registrar sus conocimientos y tradiciones mediante la escritura. Las formas poéticas servían para fijar la memoria y garantizar la transmisión fiel de los textos en un medio escrito aún incipiente. (P 94)
La poesía prehispánica, un legado ancestral que emerge de las profundidades de la historia mesoamericana, nos ofrece una ventana a un mundo complejo y rico en simbolismo. Entre las múltiples voces que resonaron en esta época, destaca la de Nezahualcóyotl, un gobernante y poeta cuya obra trasciende las fronteras del tiempo y que podría ser comparado con el sabio Rey Salomón.
Nezahualcóyotl, el Salomón náhuatl, fue un gobernante visionario de Texcoco, una de las ciudades más importantes del Valle de México durante el siglo XV. El poeta náhuatl (1402-1472) vivió en una época de grandes cambios y conflictos, su liderazgo no solo se centró en la política y la guerra, sino también en el fomento de la cultura y las artes. Bajo su reinado, Texcoco se convirtió en un centro de conocimiento y creatividad, atrayendo a poetas, filósofos y artistas de toda la región.
Su obra, impregnada de una profunda espiritualidad y una aguda observación de la naturaleza, nos revela un hombre que buscaba comprender el sentido de la vida y su lugar en el universo. Como lo expresa en uno de sus poemas:
Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de verás se vive con raíz en la tierra?
No para siempre en la tierra:
sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
aunque sea de oro se rompe,
aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
sólo un poco aquí.
En esta poesía, Nezahualcóyotl reflexiona profundamente sobre la transitoriedad de la vida y la fugacidad de las cosas terrenales. A través de metáforas como el jade que se quiebra, el oro que se rompe y el plumaje de quetzal que se desgarra, evoca la fragilidad de incluso los elementos más valiosos y hermosos. Reiterando que "no para siempre en la tierra, sólo un poco aquí", plantea una visión existencial que reconoce la temporalidad de la existencia humana. Su pregunta inicial, "¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?", invita a considerar si hay algo eterno o fundamentalmente arraigado en este mundo, destacando la importancia de aceptar la fugacidad como una verdad universal.
Nezahualcóyotl, al igual que otros poetas de su tiempo, exploró temas universales como la naturaleza, el amor, la muerte, los dioses y los ciclos cósmicos desde una perspectiva profundamente arraigada en su cosmovisión. "La poesía náhuatl es un canto a la vida, a la muerte, al amor y al dolor, pero también es una reflexión profunda sobre la condición humana y el destino del universo"( León-Portilla 2006). La poesía del Rey poeta es una oda a la fragilidad de la vida, de la inevitabilidad de la muerte y de la búsqueda de la inmortalidad a través de la palabra. Al respecto, Paz (1950) ha señalado que la poesía de Nezahualcóyotl "es una meditación sobre el tiempo, la muerte y la fugacidad de las cosas".
Uno de los aspectos más destacados de la poesía de Nezahualcóyotl es su capacidad para expresar sentimientos complejos y profundos de una manera sencilla y directa. Sus versos, cargados de emoción y humanidad, nos conmueven y nos hacen reflexionar sobre nuestra propia existencia. Como lo expresa en otro de sus poemas:
¿Con qué he de irme?
¿Nada dejaré en pos de mí sobre la tierra?
¿Cómo ha de actuar mi corazón?
¿Acaso en vano venimos a vivir,
a brotar sobre la tierra?
Sus versos reflejan una profunda reflexión sobre la mortalidad y la trascendencia, cuestionando la permanencia de las cosas terrenales y buscando consuelo en lo divino. Este enfoque filosófico y espiritual distingue su obra y la hace relevante incluso en el mundo contemporáneo.
El uso del náhuatl en la poesía de Nezahualcóyotl no solo es una manifestación de su rica tradición cultural, sino también una herramienta que le permitió expresar ideas profundas sobre la vida, la muerte y lo divino. Como señala León-Portilla (2006) "la poesía náhuatl era tanto un vehículo estético como filosófico, donde cada palabra llevaba consigo una carga simbólica y sagrada". Las metáforas de Nezahualcóyotl, cargadas de imágenes como el jade, el oro y el plumaje de quetzal, no solo evocan belleza, son también elementos paradigmáticos y representativos de la cultura náhuatl.
La importancia de Nezahualcóyotl radica en su capacidad para sintetizar en su obra las principales características de la poesía prehispánica y, al mismo tiempo, imprimirle un sello personal. El legado de Nezahualcóyotl trascendió su tiempo y su cultura, dejando una huella imborrable en la literatura náhuatl y, en general, en la tradición literaria mesoamericana.
La influencia de Nezahualcóyotl en la literatura mexicana es innegable. Su obra ha sido una fuente de inspiración para generaciones de escritores y poetas, y su legado cultural perdura en la memoria colectiva de poetas latinoamericanos. La preservación y el estudio de su poesía no solo enriquecen nuestro entendimiento de la literatura prehispánica, sino que también nos ofrecen valiosas lecciones sobre la condición humana y nuestra relación con el mundo. La intensidad filosófica de sus versos, junto con su uso de símbolos de la naturaleza, como las flores, los animales y el viento, continuaron siendo referentes literarios en las épocas posteriores.
Referencias ● León-Portilla, M. (2006). La filosofía náhuatl. Ediciones UNAM. ● Paz, O. (1950). El laberinto de la soledad. Fondo de Cultura Económica.● Garibay K., Á. M. (2007). Historia de la literatura náhuatl. Editorial Porrua● Ong, W. (1982). Orality and Literacy: The Technologizing of the Word. Routledge.