Pekín busca equilibrio político mientras se opone a cualquier tipo de migración ilegal
El Gobierno de China ha manifestado su disposición a aceptar la deportación de migrantes chinos desde Estados Unidos, en un contexto de creciente tensión internacional por las políticas migratorias implementadas por la administración de Donald Trump.
La postura china surge tras la reciente crisis diplomática entre EE.UU. y Colombia, desencadenada por la negativa inicial del gobierno colombiano a aceptar vuelos con deportados.
Durante una rueda de prensa, la portavoz del Ministerio de Exteriores, Mao Ning, afirmó, segun reseña Europa Press, que China "se opone firmemente a cualquier tipo de migración ilegal como una cuestión de principios".
Además, aseguró que las autoridades chinas "colaboran de forma pragmática con las agencias de inmigración de países como EE.UU. para lograr resultados".
"En relación con las posibles deportaciones, China se mantiene firme ante la idea de primero verificar y luego repatriar. Aceptaremos a los ciudadanos chinos que se verifique que son del territorio continental", enfatizó Mao Ning.
Impacto en la diplomacia global tras tensión entre Colombia y Estados Unidos
Mientras China afianza su postura, la disputa entre Estados Unidos y Colombia ha resaltado las complejidades políticas en torno a la migración.
Mao Ning subrayó que este conflicto es de carácter bilateral y no afecta a China. "Esperamos que finalmente puedan gestionar este asunto de forma apropiada", agregó.
El conflicto escaló hasta provocar una respuesta del expresidente Trump, quien amenazó con imponer medidas arancelarias a Colombia por negarse a aceptar la deportación de sus ciudadanos.
Sin embargo, tras un breve impasse, el presidente Gustavo Petro accedió a recibir los vuelos con migrantes, calmando la situación en cuestión de horas.
China refuerza su posición global mientras EE.UU. redefine su política migratoria
El anuncio de Pekín refuerza su imagen de país con políticas migratorias estructuradas y una diplomacia calculada.
Al mismo tiempo, Estados Unidos sigue adelante con su estrategia de control migratorio, desatando conflictos con naciones latinoamericanas afectadas por las deportaciones masivas.
Con el nuevo enfoque chino, la gestión migratoria entre ambas potencias podría marcar una pauta en futuras negociaciones bilaterales, mientras el mundo observa cómo evolucionan las tensiones en el tablero diplomático internacional.