El Ejército captura indocumentados haitianos en operativos en Valverde y Santiago Rodríguez.
El sol aún se alzaba tímidamente sobre el horizonte de Valverde cuando un operativo militar sorprendió a un grupo de indocumentados haitianos a bordo de un autobús, en el municipio de Mao. Un total de 17 ciudadanos haitianos fueron detenidos por las autoridades, quienes hallaron en el vehículo a una variopinta mezcla de historias y destinos truncados. Entre los viajeros, Jerónimo Antonio Santos, un dominicano de perfil bajo, acompañaba al grupo en calidad de “asesor migratorio”, según sus propias palabras.
De los 17 haitianos, 11 se encontraban en trámites para regularizar su situación migratoria, mientras que los otros seis, sin documentos legales, fueron presentados ante el Ministerio Público, junto con Santos. Pero la imagen más inquietante fue la del autobús abandonado por su conductor, un Toyota blanco de placa I061361, estacionado a pocos metros del puesto de control militar de Amina, donde el chofer desapareció sin dejar rastro.
El cerco del Ejército en Valverde no terminó ahí. En las inmediaciones de la región, otras situaciones de desesperación y huida se tejieron en el aire. En Esperanza, municipio cercano, un grupo de 15 haitianos viajaba en un sedán Hyundai Sonata, un automóvil diseñado para cinco pasajeros pero que en esta ocasión llevaba a muchos más.
El conductor, al percatarse de la presencia de los militares, decidió huir a toda velocidad, dejando atrás a los pasajeros, quienes, al igual que los detenidos en el autobús, fueron puestos bajo custodia.
Más al este, en Santiago Rodríguez, dos personas más fueron capturadas dentro de otro Hyundai Sonata. Los arrestados, identificados como dos nacionales haitianos, viajaban en condiciones precarias, al igual que los otros migrantes. El conductor de este vehículo, Alexander Bera, fue detenido y será procesado judicialmente por su implicación en el tráfico de personas.
El Ejército de la República Dominicana, en su continuo esfuerzo por frenar la migración ilegal, sigue desempeñando un rol esencial en el control de los pasos fronterizos y la identificación de individuos en situación irregular. En cada operativo, el destino de cientos de migrantes se entrelaza con las decisiones de las autoridades, quienes toman medidas que, aunque estrictas, buscan proteger la soberanía y el orden en la nación.
De esta forma, el sábado dejó claro el peligro y la desesperación que muchos viven al intentar cruzar la frontera, entre la tensión, la persecución y la incertidumbre sobre un futuro lejano, incierto y sin papeles.