La incertidumbre se apodera de quienes buscan el sueño americano
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha dejado a miles de migrantes en un limbo desesperante en la frontera sur de Estados Unidos. Con las políticas migratorias endurecidas, muchos de ellos han quedado atrapados en México, sin posibilidad de avanzar ni retroceder.
Atrapados en tierra de nadie sin opciones para avanzar. Natasha, una hondureña de 30 años, permanece en un albergue de Tapachula, al sur de México, junto a sus tres hijos.
Su esposo huyó de Honduras un año atrás, escapando de las pandillas, y desde entonces no ha sabido nada de él. "No sé nada de él, si está vivo", lamenta.
Su esperanza era la aplicación CBP One, que le permitiría pedir asilo en Estados Unidos, pero el sistema quedó bloqueado tras la toma de posesión de Trump el pasado 20 de enero.
"Me metieron mal mis datos y nunca me salió la cita", cuenta Natasha a la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF).
Ahora teme que las personas de las que huyó en octubre la encuentren.
"Solo quiero un lugar donde establecernos, que los niños vayan a la escuela y yo poder trabajar", expresa con angustia.
MSF ha reforzado su presencia en el sur de México, atendiendo a miles de migrantes a través de clínicas móviles.
Solo en los primeros meses de 2024, han asistido a 12 caravanas con más de 10.000 personas.
La frontera se convierte en un muro de desesperación
Kevin, un joven colombiano de 22 años, huyó de la violencia que asolaba su comunidad en el suroeste del país.
Su hermano logró llegar a Utah hace un año, y él planeaba seguir el mismo camino. "Buscaba llegar antes de que Trump asumiera el poder", confiesa.
Lleva cinco meses en México esperando la oportunidad de subir al tren que lo acerque a la frontera.
"Lo único que me queda es ir a la frontera, ingresar a Estados Unidos y entregarme", dice Kevin, quien descarta por completo regresar a Colombia. "No tengo nada ni a nadie allá".
El panorama no solo afecta a latinoamericanos.
Salma, de 26 años y originaria de la República del Congo, también busca un futuro mejor para su hija de cuatro años.
Primero llegó a Brasil, donde trabajó medio año, antes de emprender el peligroso trayecto a través del Tapón del Darién, donde vio cadáveres abandonados en la selva.
"Consulté TikTok para informarme sobre la ruta y prepararme moralmente", cuenta.
Mamadou, un migrante de Guinea, viaja junto a su esposa y su hija de menos de dos años. Pasó por Guinea Ecuatorial, España y Brasil, antes de quedar atrapado en México.
"No pensaba que la ruta migratoria sería tan compleja", admite. "He visto muertos en la travesía por la selva. Si hubiera sabido que sería así, nunca me habría metido en esto".
La victoria de Trump lo desmoralizó mientras estaba en Perú, y desde entonces descartó el sueño de llegar a Estados Unidos.
Ahora, su familia ha pedido la residencia mexicana, resignados a que la frontera se ha cerrado para ellos.
Con la nueva administración, el sueño americano parece haberse convertido en una pesadilla migratoria para miles de personas.
Sin opciones de avanzar, ni posibilidad de regresar, los migrantes enfrentan un futuro incierto en una frontera que ahora les da la espalda. Con datos de Europa Press