Las diferencias biológicas y hormonales elevan el riesgo de covid prolongado en mujeres
Un estudio reciente ha confirmado que las mujeres tienen un 31 % más de riesgo de desarrollar covid persistente en comparación con los hombres. Este hallazgo se mantiene incluso cuando se consideran variables como la raza, la etnia, la variante del virus y la gravedad de la infección.
Investigadores afirman que esas diferencias subrayan la necesidad de un enfoque más personalizado en el tratamiento y la prevención.
El estudio, realizado por el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio, es parte de la iniciativa nacional RECOVER, financiada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
Los resultados indican que factores como la edad, el embarazo y el estado menopáusico influyen significativamente en el riesgo de desarrollar esta afección.
La edad y las etapas hormonales aumentan la vulnerabilidad al covid prolongado
El riesgo de padecer covid persistente es particularmente alto entre las mujeres de 40 a 55 años, un grupo que coincide con la perimenopausia.
Investigadores sugieren que los cambios hormonales pueden estar desempeñando un papel crucial en la mayor susceptibilidad femenina.
La doctora Dimpy Shah, autora principal del estudio, señala que estos hallazgos deberían influir en la manera en que los profesionales de la salud diagnostican y tratan esta condición.
"Reconocer las diferencias biológicas en la manifestación del covid persistente es clave para desarrollar tratamientos más efectivos y personalizados", afirmó Shah.
Un problema de salud global que requiere mayor atención especializada
El covid persistente se ha convertido en una condición crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Las mujeres no solo presentan una mayor incidencia, sino también una mayor intensidad de síntomas, que incluyen fatiga extrema, dificultades cognitivas y problemas neurológicos.
Los investigadores esperan que estos hallazgos impulsen nuevas estrategias de prevención y tratamiento.
Comprender el impacto de las diferencias de género en esta enfermedad podría transformar la forma en que se abordan sus efectos a largo plazo y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen. Con datos de la agencia SINC.