Luis Miguel De Camps inicia agenda con gremios para fortalecer el sistema educativo en RD
Santo Domingo.- En un gesto que marca sus primeros pasos al frente del ministerio de Educación, Luis Miguel De Camps García sostuvo un encuentro con lideres de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), buscando tender puentes de comunicación tras las críticas iniciales del gremio. El jurista, designado recientemente en el cargo, llegó a la sede de la ADP en Santo Domingo con una premisa clara: “El diálogo es la herramienta para transformar la educación”.
La reunión, desarrollada en un ambiente de respeto y apertura, contó con la participación de Eduardo Hidalgo, presidente de la ADP, y miembros del Comité Ejecutivo. A solo dos días de asumir el cargo, De Camps escuchó las demandas docentes y compartió su visión para un sistema educativo más inclusivo y eficiente. Un paso estratégico, considerando que la ADP había cuestionado su idoneidad para el rol por su perfil no docente. Al momento de su nombramiento De Camps García se desempeñaba como minitro de Trabajo, logrando jn desempeño óptimo en el cargo.
“No venimos a imponer, sino a construir juntos”, afirmó el ministro durante el intercambio. Destacó que su gestión priorizará el trabajo colaborativo y la búsqueda de consensos: “Solo mediante el entendimiento lograremos avances sostenibles”. Por su parte, Hidalgo recalcó que el sindicato no busca obstaculizar, sino enriquecer las políticas públicas desde la crítica constructiva.
El diálogo permitió abordar desafíos como la formación docente, infraestructura escolar y actualización curricular. Ambos bandos acordaron mantener reuniones técnicas periódicas para concretar soluciones. Además, participaron figuras como Rafael Santos, exsecretario de la ADP y actual director del INFOTEP, y Rafael “Pepe” Abreu, líder de la CNUS, reforzando el carácter plural del encuentro.
Este acercamiento no solo despeja tensiones iniciales, sino que sienta un precedente para la gobernanza educativa en República Dominicana. De Camps confirmó que continuará su agenda con otros actores del sector, desde universidades hasta organizaciones comunitarias, para integrar todas las voces en la hoja de ruta del MINERD.
Con un tono conciliador y pragmático, el flamante ministro demuestra que, más allá de los debates técnicos, la educación requiere empatía y voluntad política. Un mensaje alentador en un país donde el 4% del PIB para educación aún no se traduce en resultados óptimos. ¿Podrá este diálogo germinar en reformas tangibles? El tiempo dirá, pero los primeros pasos apuntan a un camino prometedor.