La decadencia digital: cuando internet pierde su memoria colectiva
El 38% de las páginas web que existían en 2013 ya no están disponibles, según un informe del Pew Research Center. Este fenómeno, conocido como decadencia digital, tiene un impacto negativo en la memoria colectiva, el acceso a la información y la percepción de eventos históricos.
Aunque se cree que "todo en internet permanece", la realidad es que gran parte de la web desaparece sin dejar rastro.
La decadencia digital ocurre por múltiples razones: fallos en servidores, obsolescencia tecnológica, cambios en políticas web o el cierre de servicios digitales.
"Actualmente, muchos usuarios e instituciones están abandonando plataformas como Twitter y borrando contenido, lo que también contribuye a este fenómeno", explica César Córcoles, profesor de la UOC.
Esta pérdida afecta áreas como el periodismo, la educación y la historia, ya que fragmentos clave de información desaparecen sin posibilidad de recuperación.
Por ejemplo, el 21% de las páginas web gubernamentales contienen enlaces rotos, y el 23% de los sitios de noticias tienen al menos un enlace que ya no funciona. Esto dificulta el acceso a información pública y científica, alterando nuestra comprensión de eventos recientes.
Derecho al olvido vs. preservación de la memoria digital
La decadencia digital plantea un dilema entre el derecho al olvido y la necesidad de preservar la memoria colectiva.
"La desaparición de información puede ser beneficiosa para garantizar el derecho al olvido, pero también puede llevar a la pérdida de contextos importantes", señala Silvia Martínez, investigadora de la UOC.
Por otro lado, Mònica Vilasau, experta en derecho digital, advierte que la eliminación arbitraria de datos puede generar desinformación y descontextualización.
El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) permite la rectificación de datos inexactos, pero aún es difícil equilibrar la privacidad con el derecho a la información.
Iniciativas como Internet Archive intentan preservar contenido digital, pero el volumen de información generada diariamente hace que esta tarea sea compleja.
Cómo mitigar la decadencia digital y proteger la memoria colectiva
Aunque es inevitable que parte de internet desaparezca, existen estrategias para reducir su impacto. "Las instituciones y empresas deben ser conscientes de la necesidad de preservar sus contenidos", afirma Córcoles.
Plataformas como Internet Archive y bibliotecas digitales, como la Biblioteca Nacional de España, juegan un papel crucial en la conservación del patrimonio digital.
Sin embargo, la dependencia de plataformas privadas agrava el problema. "Publicar en redes sociales o formatos cerrados es una mala idea para la preservación", advierte Córcoles.
Explica que casi el 20% de los tuits desaparece pocos meses después de su publicación, ya sea porque las cuentas se hacen privadas, son suspendidas o eliminan el contenido.
El riesgo de una memoria digital selectiva
A medida que más información desaparece, surge el riesgo de una memoria digital selectiva, donde solo ciertos contenidos se conservan. "Estamos dejando nuestra memoria en manos de agentes que no siempre priorizan la preservación", concluye Córcoles.
Para evitar que nuestra historia colectiva se diluya, es necesario que gobiernos, empresas y la sociedad trabajen juntos en la creación de mecanismos efectivos de conservación digital.