La firme posición del presidente Luis Abinader de exponer en distintos escenarios internacionales de que “no habrá solución a la crisis haitiana desde República Dominicana”.
La reciente visita del secretario de Estado Marco Rubio a la República Dominicana ha sido un éxito para la política exterior del actual gobierno, porque transcurrió dentro de un marco de respeto mutuo, y, en un escenario, donde algunos entendían que venía a impartirles órdenes sobre un eventual asentamiento de miles de haitianos en el país.
La firme posición del presidente Luis Abinader de exponer en distintos escenarios internacionales de que “no habrá solución a la crisis haitiana desde República Dominicana”, ha dado su fruto cuando algunos opositores hasta se burlaban de tal expresión.
Tras el arribo al poder del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, las autoridades nacionales tendrán una magnífica oportunidad de preservar los controles migratorios y expulsar a todos los indocumentados del territorio nacional.
Porque no habrá presiones desde Washington para que aceptemos en República Dominicana una manada de haitianos, lo que evidentemente, nos destruirá para siempre y lanzaría al zafacón la proclama de lucha y honor del patricio Juan Pablo Duarte.
Demasiado esfuerzo, sangre y sudor nos han costado a los dominicanos habernos independizado del dominio de 22 años de los haitianos, y aunque algunos conspiren internamente contra ese legado histórico en verdad no podrán materializar su funesta y perversa acción.
Cada día, aumenta la preocupación entre los dominicanos por la presencia masiva de haitianos ilegales en nuestro territorio, lo que se traduce en una situación insostenible para la seguridad y soporte económico del país.
Las autoridades deben ahora redoblar las repatriaciones de los ilegales hacia Haití y reforzar la vigilancia en la frontera, adoptando todos los protocolos de seguridad necesarios para frenar su ingreso.
Hay que establecer rigurosos mecanismos de control en las unidades vehiculares que se movilizan en la franja fronteriza utilizada por traficantes indocumentados, ya sea en motores, camionetas y autobuses. Deberían, las autoridades incautar esas unidades y someter de inmediato a sus conductores a la Justicia.
Es un vulgar negocio de tráfico de indocumentados que deja cuantiosos beneficios a sus auspiciadores.
RD tiene derecho a repatriaciones
En su conversación con el presidente Luis Abinader y al responder preguntas periodísticas, el jefe de la diplomacia estadounidense reafirmó que la República Dominicana tiene el derecho a repatriar a los indocumentados de cualquier nacionalidad.
Rubio dijo que Estados Unidos no pedirá al país que acepte una ola de inmigrantes haitianos y observó que ningún país del mundo puede tolerar eso y, por lo tanto, no se le puede exigir a este país que lo haga.
“Esa fue mi posición como senador y es mi posición como secretario de Estado”, expresó, y continuó diciendo que “la solución de Haití está en manos de Haití, de su pueblo, de sus élites, pero vamos a ayudar. Vamos a participar porque no podemos ignorar los problemas que existen. Su futuro y su destino deben estar en manos de ese pueblo”.
La política exterior del gobierno de Donald Trump con relación a Haití es muy distinta a la que exhibió el gobierno de Joe Biden, ejerciendo “presiones” para que los dominicanos cargaran con la desgracia haitiana.
El escenario es una magnífica oportunidad para que las autoridades dominicanas establezcan normativas de controles para “frenar” el negocio de las parturientas haitianas que vienen a parir a los hospitales públicos del país, representando una carga insostenible para el Estado que tiene que dedicar el 40% del presupuesto de salud para las extranjeras.
Recientemente, el presidente Abinader dijo que se estudian medidas para afrontar esa problemática que podrían incluir el cobro de esos servicios hospitalarios que reciben gratuitamente las embarazadas haitianas.
La mayoría de los dominicanos entienden que el gobierno debe acabar con esa práctica porque representa una erogación económica cuantiosa del presupuesto nacional de salud.
Parturientas haitianas
No cabe dudas, que el gobierno de Luis Abinader ha sido el que con mayor firmeza ha enfrentado la inmigración de ilegales haitianos procediendo a deportaciones masivas semanalmente y a la movilización del patrullaje en la zona fronteriza.
Sólo este fin de semana, miembros del Ejército Nacional detuvieron a 1,695 indocumentados en distintos puntos de la frontera, y al mismo tiempo, rescataron 14 vacas que serían llevadas al vecino territorio por dos haitianos en condición migratoria irregular.
Los dos sujetos pretendían llevar hacia Haití seis yeguas, dos caballos y diecisiete gallinas, sin contar con las documentaciones requeridas.
Ahora los ganaderos y productores agrícolas de Dajabón, Montecristi y zonas aledañas piden al gobierno ampliar la construcción del muro fronterizo ante los robos, obra que al principio recibió críticas de comunitarios que no entendían su importancia y dimensión histórica, de seguridad y nivel patriótico.
Abinader respondió durante su diálogo con la prensa en LA Semanal, desde el Palacio Nacional, que se procederá a seguir ampliando la verja fronteriza para garantizar mayor seguridad a la población dominicana.
Un drama que diariamente tienen que afrontar los organismos de seguridad del estado dominicano en el área fronteriza, reflejo directo del drama social, económico y de inseguridad en que viven los haitianos, golpeados por bandas criminales que controlan ese territorio.
Lo increíble es que todavía esos bandoleros criminales sigan castigando al pueblo haitiano, y que la comunidad internacional, particularmente Francia y el Reino Unido no hayan aportado los recursos económicos requeridos por la junta gubernativa, excepto Estados Unidos.
El propio secretario de Estado, Marco Rubio, lamentó en su conversación con el presidente Luis Abinader en el Palacio Nacional, que otras naciones ricas no hayan cumplido con la ayuda prometida.
Esto significa que la violencia en Haití proseguirá por mucho tiempo hasta convertirse en su diario vivir y en una estampa más, como la pobreza y la falta de esperanza, que han castigado a sus ciudadanos por décadas.
Violencia en Haití
Algo inexplicable, es que pese a tener en territorio haitiano agentes guatemaltecos, salvadoreños y por supuesto, kenianos, que fueron los primeros en arribar al territorio caribeño, todavía se no hayan podido socavar a los pandilleros.
¿Qué tan poderosa es esa estructura criminal que viola y asesina a niños y mujeres impunemente?
Si el gobierno de Trump se lo propone en cuestión de días esos crueles bandoleros estarían socavados bajo el fuego de las armas y tecnologías estadounidense.
Son tan osados, el grupo de pandilleros que lidera Jimmy "Barbecue" Chérizier, que algunos de ellos, ya han penetrado y posteriormente atrapados en territorio dominicano, lo que debe poner en alerta máxima a todos los organismos de seguridad nacional.
De ahí, que se entienda claramente que el drama político, económico, social e institucional haitiano representa un serio peligro para la República Dominicana, como lo ha advertido en reiteradas ocasiones el presidente Luis Abinader en la sede de la ONU y en otros escenarios internacionales.
Otra Somalia en el Caribe
Como también, representa una amenaza a la estabilidad de la región que podría verse desestabilizada si llegara a producirse una avalancha masiva de haitianos que huyen del infierno y miseria.
¿Acaso estamos camino a crear otra Somalia, ahora en el Caribe?
Artículo de Manuel Díaz Aponte