Reforzó su postura con el argumento de que la computadora no podía reemplazar por completo las capacidades humanas.
Este fin de semana estuve en la Alianza Francesa de Santo Domingo con Alonso, mi hijo, apreciando la exposición de arte Mi Universo Mágico de la artista visual bielorrusa Ulyana Karaniukhina, quien tuvo la gentileza de guiarlo para que pusiera a volar su imaginación mientras pintaba nuestro mar en un coco.
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Mientras el niño dibujaba, tuve una conversación muy interesante con Ulyana sobre el potencial del arte para permitirnos expresar aquello que, de otra forma, no podríamos, y sobre la capacidad de la Inteligencia Artificial para reemplazar a los artistas.
Karaniukhina, ante mi pregunta sobre este tema, me respondió que la Inteligencia Artificial no tiene la capacidad de imaginar para crear: básicamente, lo que hace es reproducir sobre la base de los datos almacenados. La IA podría, a partir de las creaciones de Vincent van Gogh que conoce, generar un dibujo utilizando técnicas similares a las de este pintor neerlandés, pero nunca crear desde la imaginación, como hacemos los humanos.
Reforzó su postura con el argumento de que la computadora no podía reemplazar por completo las capacidades humanas, y como ejemplo mencionó a VioGén, un programa que usa España para evaluar la probabilidad de que una víctima de violencia doméstica vuelva a sufrir maltrato. Este algoritmo ayuda a la policía a determinar el nivel de protección que debe brindarle.
VioGén requiere que los agentes policiales realicen un cuestionario a la víctima. Las respuestas se ingresan en el sistema, que genera una escala de riesgo (desde nulo hasta extremo). Esta puntuación permite identificar a las mujeres con mayor vulnerabilidad ante abusos recurrentes y define el nivel de protección policial que deben recibir.
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El 11 de enero de 2022, Lobna Hemid, quien vivía en las afueras de Madrid y tenía cuatro hijos de entre 6 y 12 años, se acercó a la policía preocupada porque su marido, Bouthaer el Banaisati, se refería a ella de manera ofensiva y, de acuerdo con el informe policial, la golpeaba y pateaba regularmente.
La policía, utilizando VioGén, le formuló unas 35 preguntas a Hemid, cuyas respuestas ingresaron en el sistema. Este generó una puntuación de riesgo bajo, y las autoridades siguieron su recomendación. Hemid regresó a casa sin protección adicional. Siete semanas después, su marido la apuñaló mortalmente. Ella tenía 32 años.
El caso de Lobna Hemid demuestra que, aunque los algoritmos y la Inteligencia Artificial pueden procesar grandes volúmenes de datos y ofrecer predicciones, su capacidad para comprender la complejidad del comportamiento humano sigue siendo limitada. De la misma manera, en el arte, la IA puede replicar estilos y técnicas, pero no puede sentir, imaginar ni transmitir emociones genuinas como lo hace un artista.
Si bien la IA seguirá evolucionando y desempeñando un papel cada vez más relevante en distintos ámbitos, su verdadero valor no está en reemplazar el talento humano, sino en complementarlo. La creatividad, la intuición, la imaginación y la empatía siguen siendo talentos exclusivos de las personas, y en eso, al menos por ahora, la Inteligencia Artificial no nos puede reemplazar. Por Juan Matos, MSc | X: @juanmatos