Una obra impactante que desafía la belleza y la indiferencia
En el Teatro Nacional Eduardo Brito, la Sala Ravelo se transforma desde el 20 de febrero en un escenario de reflexión profunda y valentía artística. Con funciones a las 8:30 pm, "La Monstrua, lamentaciones de la Mujer Barbuda" invita al público a adentrarse en un universo teatral que trasciende lo convencional y enfrenta la crudeza de una sociedad que, paradójicamente, celebra lo grotesco mientras oculta sus propias fallas.
La reconocida presentadora y actriz Sabrina Gómez encarna a la enigmática mujer barbuda, símbolo de todos aquellos relegados al "circo de la indiferencia". Inspirada en la trágica figura de Julia Pastrana, cuya vida fue marcada por la explotación y el estigma, la obra utiliza un humor negro y una poesía ácida para revelar las heridas profundas que dejan los cánones de belleza impuestos.
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La narrativa se despliega en un monólogo cargado de simbolismo, en el que la protagonista, tras la muerte, se enfrenta a un mundo que la condenó por su diferencia, convirtiendo su dolor en una metáfora del conflicto entre esencia y apariencia.
Bajo la experimentada dirección y dramaturgia de Carlos Espinal, y con la producción general de Marcos Malespín, "La Monstrua" fusiona elementos del teatro clásico con una investigación antropológica sobre el mundo circense y la marginación de las mujeres barbudas. Se pueden vislumbrar reminiscencias del monólogo de Segismundo en "La vida es sueño" y de la poderosa figura de Lady Macbeth, lo que otorga a la puesta en escena una dimensión universal y atemporal.
Espinal no escatima en recursos para subrayar que los verdaderos monstruos no son aquellos exhibidos en el circo, sino aquellos que, con indiferencia, permiten la perpetuación de sistemas opresivos y prejuicios arraigados.
La obra es una crítica social que cuestiona la lógica de una cultura machista y misógina, que margina a quienes no se ajustan a sus estándares estéticos. Con escenas intensas y una puesta en escena impactante, se evidencia la lucha interna de una protagonista que, atrapada entre recuerdos de amor y abusos, busca justicia en un mundo que la ha rechazado. La función se convierte en un espejo en el que el espectador es confrontado con su propia complicidad en la indiferencia ante lo diferente.
Además de la magistral actuación de Sabrina Gómez, la atmósfera se enriquece con la música compuesta por Dante Cucurullo, cuyos acordes intensifican el dramatismo y la poesía del relato. La participación especial de Miguel Lendor (Papachín) añade un matiz único, aportando profundidad a la crítica y enfatizando la necesidad de reconocer la diversidad como fuente de belleza y fortaleza.
"La Monstrua, lamentaciones de la Mujer Barbuda" no es solo una obra teatral; es una experiencia transformadora que invita a replantear los valores y prejuicios de nuestra sociedad. Al desafiar lo establecido, esta producción de Primera Memoria Producciones se erige como un llamado urgente a mirar más allá de las apariencias y a celebrar la riqueza de lo diverso, cuestionando el verdadero significado de la belleza y la humanidad.