La promoción de $LIBRA por parte de Milei desata críticas y sospechas de estafa
Argentina se encuentra en medio de una tormenta política y económica tras un controvertido episodio relacionado con la criptomoneda $LIBRA, que ha puesto en el ojo del huracán al presidente Javier Milei.
El mandatario promovió esta moneda digital en sus redes sociales, describiéndola como una herramienta para “incentivar el crecimiento de la economía argentina”. Sin embargo, la abrupta caída en su valor y las sospechas de fraude han desencadenado una ola de críticas y demandas de investigación.
El pasado viernes, Milei utilizó su cuenta en la red social X para destacar las virtudes de $LIBRA, un token que, según él, contribuiría al desarrollo económico del país. No obstante, horas después, el valor de la criptomoneda se desplomó estrepitosamente, generando pérdidas significativas para los inversores.
Ante la creciente preocupación y las acusaciones de estafa, el presidente eliminó su publicación y solicitó a la Oficina Anticorrupción (OA) que investigue el caso, incluyendo su propia conducta y la de otros funcionarios gubernamentales.
“En virtud de los hechos, el presidente Javier Milei ha decidido dar intervención inmediata a la OA para que determine si existió una conducta impropia por parte de algún miembro del Gobierno Nacional, incluido el propio presidente”, señaló la Casa Rosada en un comunicado oficial.
Además, se anunció la creación de una Unidad de Tareas de Investigación (UTI) bajo la órbita presidencial para profundizar en el lanzamiento de $LIBRA y las empresas involucradas en su desarrollo.
La controversia se intensificó cuando se reveló que, el 19 de octubre, Milei se reunió con representantes de KIP Protocol, la empresa detrás de $LIBRA, quienes le presentaron el proyecto “Viva la Libertad”, destinado a financiar emprendimientos privados mediante tecnología blockchain.
Posteriormente, el 30 de enero, el presidente mantuvo un encuentro en la Casa Rosada con el estadounidense Hayden Mark Davis, supuesto encargado de proveer la infraestructura tecnológica para el proyecto.
Davis afirmó que su responsabilidad era asegurar que el token tuviera suficiente volumen, liquidez y una tesorería sólida para respaldar su precio y ejecutar la visión del proyecto. Sin embargo, también señaló que, como asesor, hubo muchos factores fuera de su control.
Las críticas no se hicieron esperar. La expresidenta Cristina Fernández denunció que Milei, desde su cuenta oficial, promocionó una criptomoneda privada, inflando su valor y aprovechándose de su investidura presidencial.
Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica, advirtió que el presidente podría haber violado la Ley de Ética Pública y la Ley de Entidades Financieras, sugiriendo posibles delitos de lavado de dinero, defraudación y estafa.
Esteban Paulón, secretario general del Partido Socialista de Argentina, fue más allá al anunciar una petición de juicio político y calificar al jefe de Estado como “Javo Ponzi Milei”, en referencia al esquema Ponzi o estafa piramidal.
Expertos en criptomonedas también manifestaron su preocupación. La empresa Bubblemaps alertó sobre la centralización de $LIBRA, indicando que el 82% de los tokens se mantenían en un clúster, lo que podría ser indicativo de una estructura propensa al fraude.
El economista liberal Carlos Maslatón acusó públicamente a Milei de estar directamente involucrado en un fraude criptográfico, calificando el episodio como causal de juicio político.
Este incidente ha puesto en entredicho la confianza en las criptomonedas promovidas por figuras políticas y ha generado un debate sobre la necesidad de una mayor regulación y transparencia en el sector.
Mientras tanto, la investigación oficial buscará esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades correspondientes en este escándalo que ha sacudido a la nación.