La periodista y otros colegas han denunciado campaña difamatoria sin pruebas
Santo Domingo.- En las últimas semanas, un grupo de reconocidos periodistas dominicanos ha sido objeto de acusaciones infundadas que los vinculan con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Estas imputaciones, difundidas a través de un pasquín digital en redes sociales, sugieren que comunicadores como Altagracia Salazar reciben financiamiento de la USAID para promover intereses contrarios a la República Dominicana.
El periodista Johnny Arrendel fue quien inicialmente divulgó estas afirmaciones. Sin embargo, tras la controversia generada, Arrendel se retractó públicamente, admitiendo la falta de veracidad en sus declaraciones. A pesar de esta retractación, el daño a la reputación de los periodistas afectados ya estaba en marcha.
Altagracia Salazar, una de las principales afectadas, reflexiona sobre el caso en su cuenta de Facebook, Expresó su indignación, Expresó su indignación ante lo que considera una campaña orquestada por individuos que, según sus palabras, “quisieron ser y no fueron”. Salazar destacó la trayectoria intachable de colegas como Juan Bolívar Díaz, a quien describió como un periodista respetado internacionalmente y líder de una escuela donde la probidad profesional es la norma.
“Hay gente que quiere ser Nuria y le han montado un programa como el de Nuria, y se ha gastado mucho dinero, pero la gente ni se entera”, comentó Salazar, refiriéndose a intentos fallidos de emular a la periodista de investigación Nuria Piera. Estas declaraciones subrayan la frustración de Salazar ante aquellos que, en su opinión, buscan desacreditar a periodistas establecidos debido a sus propias carencias profesionales.
La situación se agravó cuando el exsenador Iván Lorenzo reconoció que la campaña difamatoria se originó en su entorno político. Lorenzo fue más allá al afirmar que lamentaban que los periodistas tuvieran “la piel fina” y advirtió que “viene más”. Estas declaraciones han sido interpretadas como una amenaza directa hacia los comunicadores independientes del país.
Salazar enfatizó que esta no es la primera vez que se intenta desacreditar el ejercicio del periodismo ético en la República Dominicana. Sin embargo, señaló que esta campaña en particular ha reunido a “más mediocres”, refiriéndose a aquellos que, según ella, albergan resentimiento hacia periodistas que han logrado construir una carrera basada en la integridad y el respeto.
Un aspecto preocupante de esta campaña es la propagación de noticias falsas, fenómeno que, según Salazar, no solo amenaza a individuos, sino a la democracia en su conjunto. “Si han usado el nombre de Angelina Jolie, ¿cómo no se va a usar el de personas como nosotros?”, cuestionó, destacando la facilidad con la que se difunden mentiras en la era digital.
Ante esta situación, profesionales del derecho han señalado que las acusaciones podrían constituir el delito de difamación, lo que abriría la puerta a acciones legales por parte de los periodistas afectados. Salazar dejó claro que, con tribunales o sin ellos, esta campaña difamatoria eventualmente pasará. No obstante, advirtió a quienes han disfrutado propagando mentiras que “los views no dan calidad, no te convierten en referencia ni te harán el profesional que nunca pudiste ser”.
En momentos de adversidad, Salazar recordó una anécdota que le brinda fortaleza: “Cada vez que se monta una campaña de esta naturaleza y que el compromiso con lo mejor de la sociedad es atacado, recuerdo a un platanero del mercado que un día me preguntó: ‘¿Qué se siente cuando se sabe que es tan querida?’”. Esta reflexión resalta el apoyo y cariño que la periodista recibe de la ciudadanía, lo que contrasta con los ataques de sus detractores.
La comunidad periodística dominicana enfrenta un desafío significativo ante estas acusaciones infundadas. La defensa de la integridad profesional y la libertad de prensa se erigen como pilares fundamentales en la lucha contra la difamación y la desinformación en el país.