Violencia extrema en Haití: tragedia que enluta a una nación entera
La sociedad haitiana se encuentra sumida en el dolor tras conocerse un hecho atroz que ha conmocionado al mundo. Miembros de una pandilla quemaron viva a un bebé frente a los ojos de su madre, Eliana Thélémaque, quien, incapaz de soportar el dolor, falleció horas después a causa de un paro cardíaco.
Este acto de barbarie extrema ocurrió durante el asedio a la comuna de Kenscoff, donde los delincuentes obligaron a la joven madre a arrojar a su hijo a una hoguera.
Ante la negativa de Thélémaque, los pandilleros arrebataron al niño de sus brazos y lo lanzaron a las llamas.
El impacto psicológico fue inmediato: la madre entró en un estado de shock, vagando por las calles mientras repetía entre lágrimas: "Todavía puedo escuchar los gritos de mi bebé en las llamas. Hubiera preferido morir".
El dolor que no cesa: una madre que no pudo sobrevivir a la tragedia
Thélémaque fue encontrada desorientada y llevada a una comisaría en Pétion-Ville, donde recibió atención psicológica básica. Sin embargo, el dolor insoportable por la pérdida de su hijo fue demasiado para su corazón, que dejó de latir esa misma noche.
Su muerte no solo es una tragedia personal, sino un reflejo de la violencia desmedida que azota a Haití, donde miles de familias viven bajo el yugo del miedo y la desesperación.
Este caso, que ha salido a la luz pública, es un recordatorio crudo de la crisis humanitaria que enfrenta el país.
La violencia pandillera no solo destruye vidas, sino que deja cicatrices imborrables en una sociedad que clama por paz y justicia.
Haití sigue llorando, y el mundo no puede permanecer indiferente. Con datos de Prensa Latina