La posición de la Unión Europea (UE) en todo este escenario, ha sido de vergüenza, se acomodaron tanto al esquema woke que ahora parecen no tener salida.
El ascenso de Donald Trump, por segunda vez, al poder en Estados Unidos, ha traido consigo, en menos de un mes de gobierno, un nuevo orden internacional. Este nuevo orden es diferente al prevaleciente en su país como en el mundo occidental, ha venido a hacer tabla rasa con lo que hacían sus antecesores. Resulta que Donald es nacionalista y proteccionista a la vez.
Dicho de otro modo, es anti globalización. Por tanto, la posición, por ejemplo, de los aliados europeos no le importan. El hombre está en disposición de hacer nuevos aliados como a romper con los anteriores. El asunto no es para menos, pero si cabe preguntarse, cómo se llegó a este punto?.
La discusión de Plejanov y de Eduard Berstein, a inicios del pasado siglo XX, sobre el hecho de que el capitalismo salvaje podía y debía ser reformado, porque a decir del primero: toda revolución radical desemboca en el regreso del individualismo pequeñoburgués una vez las masas alcanzan el grado medio y el otro convenció, de que todo gobierno radical desemboca en un reformismo fragmentado, fracasaron al no ser capaces de sostener la República de Weimar porque el fascismo y el nazismo se cruzaron como ahora lo hace el proteccionismo de Trump, el cual arrasa no solo con los woke sino tambien con los libertarios como Milei.
En este contexto -y tambien por la misma época-, son válidas las apreciaciones de Rosa Luxemburgo en el sentido de que el capitalismo salvaje del siglo XIX, en el siglo XIX, estaba siendo sustituido por el denominado capitalismo de accionistas o capitalismo con rostro humano, lo que obligaba, en opinión de la dirigente obrera alemana, a un replanteo del tema.
Dicho de otro modo Rosa Luxemburgo al momento de perder la vida estaba transitando hacia una nueva apreciación del capitalismo de su tiempo. Vino la Primera Guerra Mundial y luego la Segunda Guerra Mundial, ambos acontecimientos forzaron la discusión teorética pero, finalizadas una y otra guerras, regresó la discusión y se perfeccionó el modelo socialdemócrata y la prohibición del nacismo y del fascimo por vía de la constitución. Ahora Donald Trump resucita la discusión o, mejor dicho, la pone nuevamente sobre el tapete hablando de ideología woke. Este término, admite que los incumplimientos, las mentiras de los socialdemócratas, les ha conducido no solo a quedar como mentirosos confesos sino a revivir el nacismo y el fascismo.
Por otra parte, los pensadores de lo que ha sido llamado “Escuela de Francfor” y los pensadores de la Escuela de Chicago han pasado a coincidir teoréticamente, en el sentido de que el mundo post guerras mundiales, consiste en la alianza estratégica entre comunismo, cristianismo y liberalismo, unas veces por separado, en solitario y otras veces con combinaciones más o menos visibles, casos de Alemania, Italia y Francia. El domingo 23 de febrero de este año, es posible que, se acuda a la última versión sino es que la nueva derecha se impone.El tema es que los términos derecha e izquierda hoy en día no representan nada nuevo sino que se sintetizan en el denominado pensamiento woke consistente en mentir en política con una especie de gatopardismo demagógico sin realizar los cambios que se ofrece al votante, pero, si cumpliendo con los peores intereses de la época. De ahí que, el uno por ciento de la población mundial sea inmensamente rica y el restante 99 porciento lucha para llegar a fin de mes con sus cuentas en azul. Dicho de otro modo, se ha pasado de la luha política a la lucha economica. Pero en un esquema en el cual el capitalismo de accionistas que describe Rosa Luxemburgo ha pasado a convertirse en capitalismo de casino y, peor aún, a ser un capitalismo de concentración en lugar de un capitalismo de distribución de acciones.
La última gran oportunidad fueron las cajas de pensiones mecanismo que, a decir de sus publicistas, debía desembocar en un capitalismo sin capitalistas que distribuiría las riquezas socialmente creadas y garantizaría un mínimo o estándar de vida equivalente al pequeñoburgués de Plejanov. Es el denominado “Estado prestador”. Pero, en realidad, los inmensos fondos de la seguridad social pasaron, poco a poco, a ser controlados por el capitalismo bancario y la reforma ha consistido, solo en compartir dicha competencia con el Estado, quedan solo migajas para las clases obrera y pequeñoburguesa. De modo que, las prestaciones de salud, de educación y la jubilación, por ejemplo, son humillantes en lo referente a los destinatarios de estos servicios-derechos pero, cuantiosos para la banca y para las prestadoras que actúan como intermediarias. Ni los médicos, ni los profesores se han salvadode la voracidad de esos intermediarios.
Donald Trump ha puesto en evidencia la manera en que, por ejemplo, un Georg Sorog se ha convertido en uno de los hombres más ricos pero, el alcance de esa corrupción todavía está en curso y, casi seguramente, desembocará en el ambito de los politicos wokes. Obviamente, el tiempo dirá si Trump impondrá correctivo o si solo quiere venganza e imponerse. Mas, se debe recordar que días antes del ascenso de Trump un CEO de una de las principales intermediarias e salud fue asesinado por un asegurado insatisfecho; tambien, se debe indicar que un Kennedy critico a este capitalismo de concentración de fondos ajenos, acaba de ser ratificado como secretario de Estado de Salud. Por tanto, las reformas van en serio. No desde la izquierda sino desde la derecha por el descredito que las mentiras y la conchupancia han provocado.
La posición de la Unión Europea (UE) en todo este escenario, ha sido de vergüenza, se acomodaron tanto al esquema woke que ahora parecen no tener salida. Allí se ha dado espaciono al capitalismo social de los prestadores e intermediarias sino que, por el contrario, se han hecho aliados de fondos privados de inversión creados con el dinero de los ahorristas. El grupo Blackrock no es más que la punta del iceberg. Veremos después de las elecciones del día 23 de febrero en Alemana, si se consolidan las reformas de Trump. Por lo menos, el carácter libertario de las ideas de Milei ya han entrado en colisión con las ideas proteccionistas de Donald Trump, es decir todavía no se ha dicho la última palabra. DLH-18-2-2025