El Pontífice permanece en estado crítico tras complicaciones respiratorias y anemia.
El Papa Francisco enfrenta un delicado momento de salud tras sufrir una crisis asmática prolongada este sábado, según informó el Vaticano. El Pontífice, hospitalizado en el Gemelli de Roma desde hace más de una semana por una neumonía bilateral derivada de bronquitis, presentó complicaciones respiratorias que requirieron la administración de oxígeno. Además, los análisis de sangre revelaron trombocitopenia (disminución de plaquetas) y anemia, lo que llevó a los médicos a realizarle una transfusión de sangre.
El comunicado oficial detalla que el estado del Papa sigue siendo crítico, y aunque permanece "atento" y ha pasado el día sentado en su sillón, ha experimentado más dolores que en días anteriores. El pronóstico, por ahora, se mantiene reservado.
La salud del líder de la Iglesia Católica ha generado preocupación mundial desde su ingreso al hospital. La neumonía bilateral, complicada por la bronquitis, ha sido el foco principal de su tratamiento, pero la reciente crisis asmática y los problemas hematológicos han añadido nuevos desafíos a su recuperación.
El Vaticano ha mantenido informados a los fieles y medios de comunicación a través de actualizaciones diarias, destacando la gravedad de su condición. A pesar de los esfuerzos médicos, el Pontífice aún no está fuera de peligro, y su evolución sigue siendo monitoreada de cerca.
Mientras tanto, el mundo católico se une en oración por la pronta recuperación del Papa Francisco, cuya fortaleza y dedicación han sido un pilar para millones de personas. Las imágenes de su hospitalización, disponibles en Europa Press Televisión, reflejan la seriedad del momento.
Este episodio subraya la vulnerabilidad del líder religioso, quien, a sus 88 años, continúa enfrentando desafíos de salud con resiliencia. La comunidad internacional espera noticias alentadoras en los próximos días, mientras el Vaticano mantiene un enfoque cauteloso sobre su pronóstico.