La congelación de las relaciones de Estados Unidos y la República Federativa de Rusia se intensificó a partir de la guerra Rusia-Ucrania.
El escenario apunta a que Donald Trump y Vladimir Putin volverán a estrecharse las manos y esta vez para pactar otro rumbo en la geopolítica mundial.
De un plumazo la administración Trump acabó la estúpida política exterior de su predecesor en la Casa Blanca, acercándose nuevamente al presidente de Rusia, Vladimir Putin, para así, poner fin, a la guerra en Ucrania y fortalecer las relaciones bilaterales entre ambas superpotencias.
Trump y Putin se verán las caras próximamente en una reunión que Washington y el Kremlin ya preparan y que podría ser la antesala de una nueva etapa en sus vínculos de Estado, abruptamente interrumpidos por el expresidente Joe Biden.
La congelación de las relaciones de Estados Unidos y la República Federativa de Rusia se intensificó a partir de la guerra Rusia-Ucrania, iniciada el 24 de febrero de 2022, que claramente alentaba con recursos económicos y suministro de armas la pasada administración de Biden.
El secretario de Estado estadounidense Marco Rubio y su homólogo ruso, Sergei Lavrov, se reunieron el pasadomartes en Riad, capital de Arabia Saudita, como antesala al encuentro entre los presidentes de ambos países.
Fue un encuentro intenso de 5 horas donde se acordó designar "equipos de alto nivel" para que encuentren una solución "duradera, sostenible y aceptable para todas las partes". Allí, no fueron invitados representantes de Ucrania ni de ningún país europeo.
Dada la complejidad de los temas abordados se espera que en los próximos días los representantes estadounidenses y rusos sigan dialogando para concretar un punto central en la futura reapertura de sus relaciones políticas, diplomáticas y comerciales.
Tras esta primera reunión entre representantes de EE. UU. y de Rusia, los gobiernos de ambas naciones restablecerá mutuamente a sus embajadores, para lo cual, dijo Rubio se requieren misiones diplomáticas activas "que puedan funcionar normalmente para poder continuar” con las pláticas.
Ucrania destruida
Ucrania ha sido considerablemente destruida y es la indiscutible perdedora de este conflicto que lleva tres años, con saldo de miles de muertos y heridos, así como destrucciones en la capital Kiev y otras zonas ucranianas.
El presidente estadounidense había advertido que buscaría recuperar el dinero que otorgó el gobierno de Biden para la guerra en Ucrania, que asegura es de 500 mil millones de dólares, y que los ucranianos deberán pagar con sus recursos naturales.
Ahora el propio mandatario ucraniano Volodímir Zelenski acaba de revelar que Washington pidió quedarse con el 50% de los recursos naturales de Ucrania, incluidas sus tierras raras.
“Tenemos que aclarar esos números. Desafortunadamente, no coinciden con la realidad. La guerra nos ha costado 320.000 millones de dólares; 120.000 millones cubiertos por los contribuyentes ucranianos y 200.000 millones suministrados por EE. UU. y la UE, sobre todo en ayuda militar”, expuso Zelenski.
En este conflicto en el que Ucrania tuvo el respaldo de los países de la Unión Europea ha sido un rotundo fracaso para el gobierno de Zelenski y sus patrocinadores porque no lograron su propósito de intentar desestabilizar al régimen de Putin.
Tres años de guerra, sangre y divisiones que de nada han servido para la causa de Ucrania, todo lo contrario, un territorio devastado.
Zelenski con las manos vacías y derrotado ante Rusia
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski y los países europeos que lo apoyan están en una encrucijada porque Estados Unidos le retiró el financiamiento económico en la absurda intención de desestabilizar a Vladimir Putin, líder absoluto de la República Federativa de Rusia.
La posición de Donald Trump inclusive troncha el sueño de Ucrania de integrarse a la OTAN, lo que evidentemente, es un triunfo para Putin y una terrible derrota para las naciones occidentales a la cabeza de Francia y el Reino Unido que lo alentaban.
Ha sido una guerra propagada y dirigida por naciones que integran la UE a tal punto, que el rostro de Zelenski, era masivamente difundido hasta convertirlo en un “héroe de postalita”, un actor metido en político y “comandando tropas”.
Habría que preguntarse, ¿qué lograron los países que respaldaron este conflicto armado? ¿Acaso, afectan e impactan a Rusia?
Probablemente, el mayor fracaso de Ucrania ha sido una pretendida aspiración de ingresar a ocupar una butaca en la OTAN, rechazado y enfrentado desde el principio por los rusos.
Estados Unidos y Rusia vuelven a cruzar miradas, halagos y acercamiento en un escenario en el que Europa tendrá que resignarse.
Los países europeos que patrocinaron a los ucranios creyendo ingenuamente que podrían derrotar a las tropas rusas cometieron un gravísimo error táctico, sumergiéndose algunos de ellos, en serias dificultades financieras, como, por ejemplo, Francia y Alemania.
El Botín
Ahora todos miran hacia los recursos naturales en Ucrania para intentar recuperar sus “inversiones en la guerra”.
Con notable agudeza, Donald Trump retoma las conversaciones con el Kremlin, sin importar lo que piensan los tradicionales aliados estadounidenses en el viejo continente.
Y ha sido muy gráfica la postura del consejero de seguridad nacional del gobierno de Estados Unidos, Michael Waltz, al pedir al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para que “baje el tono” y firme el acuerdo de una tregua con Rusia.
La comunidad mundial espera que en el nuevo renacer de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia se encuentren vías de soluciones hacia un mundo donde predomine la paz, prosperidad y el intercambio respetuoso entre las naciones.
A partir de ahí, veremos qué ocurrirá en las relaciones bilaterales entre la potencia del Norte y la República Popular de China.
Artículo de Manuel Díaz Aponte