El cantautor cubano emocionó al público con un repertorio lleno de amor, nostalgia y sorpresas inolvidables.
Santo Domingo.- El Teatro Nacional de Santo Domingo se vistió de gala la noche del sábado 22 de febrero de 2025 para recibir a uno de los grandes nombres de la música romántica latinoamericana: Francisco Céspedes.
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Con un escenario iluminado por la magia de la Orquesta Filarmónica de Santo Domingo, dirigida por el maestro Amaury Sánchez, el cantautor cubano ofreció un espectáculo que mezcló nostalgia, amor y una conexión única con su público.
Desde el primer acorde, "Pancho", como le llaman cariñosamente, demostró por qué su voz es considerada una de las más emotivas de la música en español.
Con arreglos sinfónicos magistrales creados por Federico Méndez, Amaury Sánchez y Elizabeth López, el artista recorrió lo mejor de su carrera, interpretando temas que han marcado generaciones.
Canciones como *¿Dónde está la vida?*, *Todo es un misterio* y *Sino fuera por ti* resonaron en el teatro, acompañadas por el saxofón de Jorge Pineda, quien añadió un toque de elegancia a la velada.
El concierto no fue solo un viaje por la música de Céspedes, sino también un homenaje a quienes han inspirado su carrera. Con emoción, dedicó unos minutos a recordar al icónico Armando Manzanero, interpretando *Contigo aprendí*, un tema que dedicó a su novia Lilibeth, presente en primera fila.
Entre anécdotas y confesiones, el artista compartió su añoranza por Cuba, su gratitud hacia México —donde reside desde hace 33 años— y su admiración por colegas como Joan Manuel Serrat y Pablo Milanés.
Uno de los momentos más sorprendentes de la noche llegó con la presentación de Enrique Ramírez, un talentoso artista gallego descubierto por Céspedes a través de las redes sociales. Juntos interpretaron *Remolino*, dejando al público boquiabierto por la química y la calidad vocal de ambos. Ramírez también tuvo la oportunidad de brillar con temas como *Señora* de Rocío Jurado y *A la que vive contigo* de Manoella Torres, ganándose una ovación cerrada de pie.
El cierre del concierto fue tan emotivo como el inicio. Céspedes y Ramírez unieron sus voces en *Se me antoja*, prometiendo volver a encontrarse con el público dominicano. El artista anunció que llevará este mismo espectáculo a Santiago de los Caballeros, una noticia que fue recibida con entusiasmo por sus seguidores.
Agradecido y cercano, Céspedes dedicó palabras de reconocimiento al maestro Amaury Sánchez, a los músicos, al equipo técnico y, sobre todo, al público que lo ha acompañado a lo largo de su carrera. A las 10:44 p.m., el telón cayó, pero la noche quedó grabada en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de presenciar este homenaje a la música, al amor y a la vida.
Sin duda, Francisco Céspedes no solo conquistó corazones con su voz, sino que también reafirmó por qué es uno de los grandes embajadores de la música romántica en Latinoamérica.