Estados Unidos absorbe el oro mundial en detrimento de Londres, Suiza y Singapur
La creciente demanda de oro en Estados Unidos está desestabilizando los mercados internacionales. Más de 600 toneladas, o casi 20 millones de onzas, de este metal precioso han sido trasladadas a Nueva York desde diciembre del año pasado, según el Consejo Mundial del Oro.
Este fenómeno ha provocado un aumento del 87% en las reservas de la bolsa Comex desde la victoria de Donald Trump en las elecciones, según un informe del Financial Times que recoge El medio El Economista. es.
John Reade, estratega de mercado del Consejo Mundial del Oro, advierte que este movimiento no es común y solo ocurre en circunstancias extraordinarias.
La incertidumbre en torno a posibles aranceles ha llevado a bancos, inversores y operadores estadounidenses a trasladar sus reservas de oro a Estados Unidos, en detrimento de Londres, sede de la célebre Bolsa de Metales (London Metal Exchange, LME), que tradicionalmente ha sido el mayor centro de almacenamiento del metal precioso.
El temor a los aranceles obliga a inversionistas a tomar decisiones urgentes
La amenaza de impuestos a las importaciones de Canadá y México ha provocado que inversores y operadores estadounidenses prefieran almacenar su oro en Nueva York.
"El mercado teme que los aranceles se extiendan y afecten tanto al oro como a la plata", explica Nicky Shiels, jefe de estrategia de metales de MKS Pamp.
De hecho, el economista Juan Ignacio Crespo destaca que la incertidumbre ha convertido a Estados Unidos en un refugio atractivo para el oro, no solo por el riesgo de sanciones, sino también por su estabilidad en tiempos turbulentos.
Desde la elección de Trump, los futuros del oro en Estados Unidos han superado a los internacionales, lo que ha permitido que grandes inversores trasladen lingotes a Nueva York para aprovechar oportunidades de arbitraje.
Observadores de la industria destacan que este fenómeno es impulsado por operadores que buscan cerrar posiciones cortas o vender contratos de futuros para beneficiarse de la prima.
Algunos analistas creen que la administración estadounidense podría imponer tarifas del 100% a las importaciones de oro sin afectar el mercado interno debido a las enormes reservas ya acumuladas.
Según datos de BullionVault, los almacenes de Estados Unidos ya cuentan con reservas suficientes para cubrir cuatro años de demanda de oro.
Esta acumulación de lingotes ha generado preocupación en los mercados internacionales, donde se teme que el suministro global pueda verse afectado en el corto plazo.
Londres y Suiza en alerta ante el flujo masivo de lingotes
La crisis también se siente en Londres, donde las cámaras acorazadas han visto una caída en sus inventarios. A medida que el mercado ha trasladado inventarios de oro de las cámaras privadas de Londres a las de Comex, la disponibilidad de metal en la capital británica ha disminuido.
Esta escasez ha generado colas y retrasos de varias semanas para quienes desean retirar oro del Banco de Inglaterra, según el economista Juan Ignacio Crespo.
Además, las refinerías están sobrecargadas debido a la alta demanda de lingotes de menor tamaño, lo que ha alterado los flujos de suministro y disparado los costos logísticos a nivel global.
Las barras estándar almacenadas en Londres pesan 400 onzas (12,5 kg), mientras que las refinerías han tenido que adaptar su producción a lingotes de un kilogramo, más demandados en Nueva York.
Según Reade, la capacidad de producción de estos lingotes es limitada, lo que ha generado cuellos de botella en el suministro.
El desbalance provocado por la demanda estadounidense está impactando a otros mercados. Suiza y Singapur han incrementado significativamente sus exportaciones de oro hacia Estados Unidos.
De hecho, las exportaciones de oro de Suiza a Estados Unidos alcanzaron su nivel más alto en 13 años en enero, según datos de la aduana suiza reportados por Reuters.
En paralelo, el oro también está fluyendo desde Singapur hacia Nueva York, como señala Nikos Kavalis, director gerente de Metals Focus.
Mientras el mundo observa con cautela cómo esta acumulación de reservas en Estados Unidos redefine el equilibrio del mercado del oro a nivel global, los expertos advierten que cualquier movimiento abrupto en la política comercial estadounidense podría desencadenar una crisis aún mayor en los mercados de metales preciosos.