El secretario de Defensa, Pete Hegseth, afirma que EEUU está listo para responder a los aranceles chinos.
Santo Domingo- En un mundo donde las tensiones comerciales y geopolíticas no cesan, Estados Unidos ha lanzado un mensaje contundente a China: la paz no se consigue sin preparación militar. Este miércoles, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, declaró que su país está listo para responder a cualquier medida que Pekín tome en el marco de la escalada de aranceles que ambos gigantes mantienen desde hace meses.
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“Quienes anhelan la paz deben prepararse para la guerra”, afirmó Hegseth durante una entrevista en Fox News. Sus palabras no solo reflejan la postura firme de la Administración estadounidense, sino también la creciente preocupación por el ascenso de China como potencia global.
Sería la palabra correcta y no tengo nada“Vivimos en un mundo peligroso con países poderosos y en ascenso, con ideologías muy diferentes”, explicó el jefe del Pentágono, subrayando que el gasto en defensa y tecnología de naciones como China está aumentando rápidamente.
La advertencia de Hegseth llega en un momento crítico. China ha respondido a los aranceles impuestos por Estados Unidos con medidas similares, aplicando gravámenes adicionales de hasta el 15% a productos agrícolas estadounidenses.
Estas acciones son una represalia directa a las políticas comerciales de la Administración Trump, que acusa a Pekín de no hacer lo suficiente para frenar el flujo de opioides sintéticos, como el fentanilo, hacia territorio estadounidense.
Pero el conflicto va más allá de los aranceles. Hegseth advirtió que hay potencias que buscan “suplantar” a Estados Unidos en el escenario global, por lo que es fundamental fortalecer las capacidades militares y tecnológicas del país.
“Estamos reconstruyendo nuestro Ejército con una disuasión basada en el espíritu guerrero”, afirmó. El objetivo, según el secretario de Defensa, es claro: evitar una guerra con China o cualquier otra potencia que desafíe la hegemonía estadounidense.
Las declaraciones de Hegseth reflejan una estrategia de disuasión que combina firmeza diplomática con preparación militar. “No queremos una guerra, pero debemos estar listos para cualquier escenario”, insistió. Esta postura no es nueva en la política exterior de EEUU, pero adquiere un tono más urgente en un contexto donde las tensiones comerciales con China, México y Canadá han escalado a niveles sin precedentes.
Mientras tanto, China ha dejado claro que no retrocederá. Las autoridades chinas han asegurado que están preparadas para responder a cualquier medida que Washington tome, lo que sugiere que la escalada de aranceles podría continuar en los próximos meses.
En este escenario, las palabras de Hegseth resuenan como un llamado a la prudencia, pero también como una advertencia: en un mundo cada vez más polarizado, la paz no es un regalo, sino una conquista que exige preparación y firmeza.
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